La relación entre José Luis Rodríguez Zapatero y Nicolas Sarkozy no conoce la crisis. Ayer, tras dos horas de entrevista en el Elíseo, los presidentes español y francés pusieron de manifiesto, una vez más, su "sintonía total" en todos los frentes, desde la regulación de los sueldos de los banqueros a la política medioambiental.

Durante la comparecencia en la entrada del palacio presidencial, Sarkozy cedió el lado izquierdo a Zapatero para situarse en la parte alta de la suave pendiente del patio exterior. La diferencia de altura entre ambos quedaba así algo mitigada. Estatura física aparte, nada parece separar a los dos dirigentes.

Zapatero se sumó de forma incondicional a la iniciativa de su homólogo francés --suscrita ya por Alemania y Gran Bretaña-- de regular los sueldos de los banqueros estableciendo un sistema de bonus-malus para acotar las primas de quienes se han beneficiado de ayudas del Estado para evitar la quiebra. Sarkozy recoge apoyos para intentar vencer las reticencias de EEUU a reformar el sistema financiero en la cumbre del G-20.

Ambos coordinaron la estrategia cara a la presidencia española de la UE, que empieza en enero, y la cumbre medioambiental de Copenhague. Sin olvidar agradecer la cooperación "perfecta" de Francia en la lucha contra ETA, Zapatero juzgó "interesante" la nueva tasa francesa sobre el consumo CO2. Aunque evitó comprometerse a aplicarla en España, dijo que la fiscalidad verde "es el futuro".