El ciudadano sirio Adnan Waki, que fue detenido el miércoles junto con su socio en una carnicería de Irún (Guipúzcoa), el egipcio Ahmed Ibrahim Kasemí, formaba parte de la célula islamista que perpetró el 11-M. "Se trata de una persona importante en la estructura de la comisión de los atentados", aseguró ayer el ministro José Antonio Alonso.

Los datos policiales indican que Waki prestó ayuda económica y pudo facilitar documentación falsa a varios islamistas. La policía considera probada la relación de Waki, de 27 años, con cinco implicados en el 11-M, entre ellos, Jamal Ahmidam, el Chino , encargado de comprar los explosivos, y Serhane ben Abdelmajid, el Tunecino , uno de los cabecillas de la célula. Ambos se suicidaron en Leganés junto a otros cinco terroristas.

Las relaciones entre Waki y el Tunecino se remontan, al menos, al verano del 2003, cuando el primero se inscribió en el Registro Central de Extranjeros con el mismo domicilio madrileño de el Tunecino , que está considerado como uno de los organizadores más importantes del atentado. En dicho domicilio, la policía encontró una factura telefónica fechada en agosto del 2003 que correspondía a la tarjeta del teléfono móvil de Waki.

MOVIL EN LEGANES Además, entre los restos del piso de Leganés en el que se suicidaron siete terroristas, la policía encontró un teléfono móvil que había sido utilizado con una tarjeta SIM de Waki. Los investigadores han podido constatar que el teléfono fue utilizado por Basel Ghayun, encarcelado como presunto autor material del atentado, y por otros tres suicidas de Leganés: Abdenabid Kunjá, Asru Rifat y Mohamed Aulad.

La investigación sobre las llamadas telefónicas ha permitido a los investigadores determinar las fluidas relaciones del detenido con el Chino , que traficaba con droga y era el encargado de conseguir los explosivos para cometer los atentados.

Los investigadores tratan de determinar si Waki y Kasemí proporcionaron documentación falsa a activistas del 11-M y a otros combatientes islamistas de España u otros países europeos.

REGENTABAN UNA CARNICERIA Los dos sospechosos gestionaban desde hacía pocos meses una carnicería islámica en Irún, abierta hace un año por otra persona. Waki tenía su residencia en Hernani y Kasemí en San Sebastián, y no habían levantado sospechas en su entorno.

Mientras, en la comisión parlamentaria que investiga la matanza comparecerá el lunes José Luis Rodríguez Zapatero y, para esta ocasión, intervendrá por el PSOE el portavoz Alfredo Pérez Rubalcaba. Además, el PP cuestiona que Pilar Manjón sea la representante de las víctimas que cierre las comparecencias, puesto que se manifestó contra José María Aznar el día en que declaró el expresidente.