En Ferraz reconocen que en la campaña del 21-D de Miquel Iceta se produjeron un fallo y un error de diagnóstico. El fallo consistió en una inoportuna petición de indulto para los dirigentes secesionistas que ni siquiera están procesados en la causa especial abierta en la Sala Segunda del Tribunal Supremo (TS) y que instruye el magistrado Pablo Llarena. El error tuvo que ver con una apreciación confundida del estado anímico de la sociedad catalana. No deseaba, a la vista de los resultados, ni transversalidad ni consenso. Y no lo deseaban ni los independentistas ni los constitucionalistas. Iceta incorporó al exdirigente de Unió Ramon Espadaler, para conformar una opción-refugio para el catalanismo residual. La sorpresa consistió en que del catalanismo no quedan ni vestigios. El resultado: un escaño adicional (17) y 40.000 votos más que el 27-S del 2015. Las expectativas no se cumplieron.

ARRIMADAS, DIFUMINADA / Sin embargo, el PSOE respalda a Iceta sin fisuras, ahora, cuando comienza la cuenta atrás de la constitución del Parlament, la elección de su presidente/a y las negociaciones para la posible investidura del presidente de la Generalitat.

Según miembros de la dirección del PSOE, se considera que Iceta «ha liderado de hecho la oposición en Cataluña durante los dos últimos años» en detrimento de la labor de Inés Arrimadas, que ha quedado en ese tiempo más difuminada.

Igualmente, estiman que el PSC ha encontrado en Iceta a un líder cuando, a propósito de la eclosión del independentismo incluso en las filas del socialismo, el partido se deshilvanó con fugas de una importancia «espectacular».

Además, Iceta cosió el roto entre el PSC y el PSOE con Javier Fernández, presidente de la gestora en el tiempo de interinidad entre la destitución de Pedro Sánchez y su reelección como secretario general en las primarias del pasado mes de mayo, al firmar en octubre del 2016 el nuevo protocolo de la federación entre los dos partidos. Pero el mérito especial que Ferraz le atribuye a Iceta ha sido el de diluir la posibilidad de que los comuns lograsen el sorpasso sobre el PSC.

En el PSOE no se olvida que tanto en las elecciones generales del 20-D como en las del 26-J la plataforma de Ada Colau y Podem fue la primera fuerza política, situando al socialismo catalán en una tesitura de máximo riesgo.

El 21-D, sin embargo, con el ligero remonte del PSC y la recesión de Catalunya en Comú-Podem, con Xavier Domènech al frente, que se quedó en 8 escaños, perdiendo tres respecto del 2015, ha aclarado la situación: el PSC se despega de los comuns y morados, pese a la operación de la alcaldesa de Barcelona de romper la coalición con los socialistas en noviembre pasado con una intencionalidad electoral lesiva y que los comuns no capitalizaron.

LA AUSENCIA DE SUSANA DÍAZ / En el cuartel general del PSOE se resta cualquier importancia a la ausencia de Susana Díaz en la campaña catalana del 21-D: «Ella se adelantó y dijo que no acudiría, pero Iceta estaba dispuesto a invitarla».

«No estamos seguros de que Susana nos hubiese sumado nada a lo que obtuvimos», añaden.

Consideran que las palabras de Juan Carlos Rodríguez Ibarra -expresidente de Extremadura- pidiendo la ruptura con el PSC carecen de relevancia, destacando, en cambio, que Guillermo Fernández Vara, actual presidente de esa comunidad, participó activamente en la campaña.

«Quizá sobró [Miquel Ángel] Revilla» -el presidente de Cantabria-, suponen algunos dirigentes socialistas que tienen al personaje por «excéntrico».

En estas circunstancias, Iceta se ha consolidado pese a que los resultados del 21-D estuviesen por debajo de las expectativas. «Ha demostrado liderazgo, formula un discurso que terminará cuajando, es un buen parlamentario y tiene bien cohesionado al PSC».

Destacan, en fin, que hace falta mucha sangre fría para que Iceta haya sostenido el consenso de los socialistas catalanes en torno a las medidas del 155. «Era políticamente muy costoso y lo ha conseguido. ¿Alguien puede imaginarse a Núria Parlon en el papel de Iceta?».

Por todas estas razones, no hay el más mínimo malestar en Ferraz con el líder del PSC, cuya continuidad no se ha puesto en duda en momento alguno. Recaba todo el respaldo del socialismo español.