El PSOE no quiere alarmas ni pánicos. Los socialistas han descartado llevar a cabo por el momento una reforma traumática de la tributación de las plusvalías (como la venta de inmuebles, acciones, fondos de inversión y otros activos), las cuales están sometidas en el impuesto de la renta (IRPF) a un tipo fijo del 15% a partir del primer año de generación.

Según el programa fiscal de los socialistas --que deberá aplicar el futuro vicepresidente económico, Pedro Solbes-- estas ganancias patrimoniales pasarán a integrarse en la base imponible del contribuyente, si bien existirá un mínimo exento que liberará de este gravamen a las pequeñas plusvalías --en torno a los 6.000 euros (un millón de pesetas)--. Las plusvalías volverán a corregir el efecto de la inflación y a someterse a la progresividad del IRPF, como los salarios o los intereses.

Responsables socialistas en materia fiscal, encabezados por Miguel Sebastián, han llevado a cabo varias reuniones con el equipo tributario saliente, encabezado por el secretario de Estado saliente, Estanislao Rodríguez-Ponga, en "un clima de plena cordialidad", según fuentes conocedoras de los contactos. El equipo socialista ha manifestado su interés de no revolucionar en exceso el marco fiscal, al menos este año y, posiblemente, el próximo.