El último barómetro del CIS ha encendido las alarmas en la dirección del PSOE. El instituto oficial de sondeos revela una caída en el apoyo ciudadano que sitúa a los socialistas muy por debajo del apoyo que lograron hace apenas año y medio, cuando ganaron las elecciones, y a José Luis Rodríguez directamente en un suspenso. La maquinaria de Ferraz se ha puesto manos a la obra para detener la sangría y el mismo lunes estudiará, en presencia del secretario general, una batería de iniciativas para "comunicar mejor las decisiones" del Ejecutivo y "mejorar" la acción de Gobierno, según avanzó ayer su secretario de organización, José Blanco.

Al número dos del PSOE --experto en el análisis de encuestas-- no le han pasado desapercibidos datos como la mala concepción de la economía que tienen los ciudadanos, a pesar de que los datos reales de las finanzas del Estado y del empleo sean mejores que hace 12 meses. O que sea Zapatero el que acuse personalmente el desgaste de políticas que desarrolla alguno de sus ministerios, como es el caso de la nueva ley de educación. Blanco aceptó que el Gobierno debe hacer "una reflexión importante" y avanzó que comenzará este lunes en la reunión de la cúpula socialista.

Para empezar, Blanco reconoció errores del Gobierno cuando aceptó que no tiene "la verdad absoluta" sobre todos los temas y asumió que hay que tomar nota de "las lecciones" que dan los ciudadanos, en clara alusión a la contestación que están teniendo algunas políticas del Gobierno, como la ley de educación o el apoyo al Estatuto de Cataluña.

Sin embargo, descartó que el desgaste del Ejecutivo y la insuficiente calificación de la mayoría de sus ministros (sólo tres logran el aprobado de la ciudadanía, según el CIS) vayan a provocar una remodelación del Ejecutivo. "No veo en el horizonte cambios en el Gobierno", dijo Blanco, aunque añadió que, de hacerlos, Zapatero no se los consultaría.

HABLARA HOY El jefe del Ejecutivo tendrá hoy la primera oportunidad para trasladar su estado de ánimo tras conocer el suspenso que le han puesto los ciudadanos por primera vez desde que alcanzó el poder en marzo del 2004. Será en el curso de la rueda de prensa con la que concluirá la 21 cumbre hispano-lusa, que se inició ayer en la ciudad portuguesa de Evora, declarada Patrimonio de la Humanidad, y en la que mantuvo ya ayer una reunión de dos horas con el primer ministro portugués, José Sócrates, en la que ambos repasaron las "excelentes" relaciones de los dos países vecinos. La electricidad, la cooperación policial y la educación son temas que centraron la conversación.