El PSOE se encargó ayer de transmitir la indignación del presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, por el gesto de José María Aznar de telefonear a George Bush para criticar la decisión de retirar las tropas españolas en Irak. El PSOE tildó al expresidente de "chivato". Aunque no hubo respuesta oficial de la Moncloa al respecto, el titular de Defensa, José Bono, sí participó en las críticas del partido socialista a la "deslealtad" del expresidente.

La secretaria de política internacional, Trinidad Jiménez, y el secretario de organización del partido, José Blanco, calificaron la iniciativa de Aznar de "absolutamente inadmisible", porque implica "deslealtad" al presidente del Gobierno y "al pueblo español" que lo ha elegido.

Blanco aprovechó para preguntar al líder del PP, Mariano Rajoy, si "comparte la actitud de chivato" del exjefe del Ejecutivo, del que criticó la deslealtad de telefonear a un dirigente extranjero para criticar una decisión del Gobierno de su país.

El ministro de Defensa avanzó que no tildará de "traidor" al expresidente por su llamada a Bush, y recordó que Aznar sí "se lo llamó a Zapatero cuando fue a Marruecos en defensa de los intereses de España". Bono aludía a la visita que Zapatero hizo a Marruecos cuando era secretario general del PSOE en diciembre del 2001, en plena crisis entre los gobiernos de Rabat y Madrid.

"No puedo entender cómo el expresidente del Gobierno, que no debió ir a las Azores, que no debió ponerse de espaldas a su pueblo, que no debió ponerse de espaldas a la ONU, se puso de rodillas ante Bush", criticó Bono en la cadena SER. Recalcó que no le llamará "traidor ahora que no tiene el poder ni ninguna obligación". El expresidente manchego avanzó que en España "hay un nuevo modo de gobernar" que aconseja ser "elegante y generoso cuando se gana", y comprender que los que "pierden" hagan cosas "un poco extravagantes, como esa llamada".