La convocatoria de elecciones vascas, pese a que era una noticia esperada, despertó inmediatamente encendidas reacciones. La coincidencia en fechas con los comicios gallegos fue la circunstancia más comentada, aunque la oposición discrepó. Mientras los socialistas acusaron al lendakari Ibarretxe "de falta de respeto", los populares incidieron en que las elecciones, "cuanto antes, mejor".

En Galicia, las opiniones eran también contrapuestas. El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, consideró que no habrá interferencias porque cada comunidad tiene su propio espacio político. No compartían esta visión en el PP de Galicia; su secretario general, Alfonso Rueda, lamentó que haya quedado de manifiesto que Touriño "no pinta nada" a ojos del Estado. Tampoco el BNG respaldó a Touriño; su portavoz Carlos Aymerich le reprochó no haber confirmado la fecha de las elecciones centrándose solo en los intereses gallegos.

Los socialistas vascos criticaron la "falta de respeto" mostrada por el lendakari al hacer coincidir la cita con las urnas con los comicios gallegos. La dirigente del PSE Isabel Celaá quiso transmitir la "tranquilidad" con que su partido afronta una cita en la que aspiran a desalojar al PNV del poder. Sin embargo, no ocultó su "sorpresa" porque la elección de fecha de Ibarretxe hubiera ido "en contra de los usos y costumbres de la política". La explicación, a su juicio, es la "gran prisa" de los nacionalistas, sabedores de que "el tiempo juega en su contra".

Quienes se mostraron más satisfechos fueron los populares. La vicesecretaria del PP vasco, Arantza Quiroga, admitió que su partido acogió "con alegría" la convocatoria porque supone una oportunidad para que "entre aire fresco" en Vitoria. "Y cuanto antes, mejor", dijo