La primera reunión de la comisión se inició con media hora de retraso. Era el primer signo de que los partidos mayoritarios tenían la antena puesta en la cumbre entre Zapatero y Rajoy. Y dejaron que hablaran primero las minorías. La cortesía tenía un fundamento: los portavoces del PP y del PSOE seguían a la espera del resultado de la cumbre. Las minorías reiteraron la exigencia de que el expresidente Aznar comparezca. Hubo "un minuto de silencio", según varios portavoces, que reveló que el PSOE y el PP carecían de respuesta. El desacuerdo en la Moncloa llevó a los socialistas a anunciar su decisión de continuar los trabajos de la comisión "dos o tres meses si es necesario".