La Sociedad Nuclear Española (SNE) considera que el cierre de la central nuclear de Santa María de Garoña responde a una decisión política y no a criterios técnicos, económicos, sociales y medioambientales.

Según ha informado hoy el Ministerio de Industria, la central nuclear burgalesa cerrará el 1 de abril de 2013, una decisión que se produce sólo tres días antes de que expire el permiso de explotación actual (5 de julio) y dos años antes de que Garoña cumpla su vida de diseño (en 2011).

En este sentido, la SNE considera que la central burgalesa debe seguir funcionando diez años más, tal y como dictaminó recientemente el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), ya que ha superado con éxito la inspección técnica que llevó a cabo dicho organismo regulador.

Recuerda que la central cuenta con unos indicadores de funcionamiento que la sitúan entre las 50 primeras de las 440 centrales nucleares del mundo y en el rango de las 10 primeras de Europa.

Por otro lado, la Sociedad asegura que la energía que produce la central de Garoña se va a tener que sustituir por centrales de combustible fósil, probablemente gas, lo que representa un mayor coste de producción y una mayor emisión de gases de efecto invernadero.

El cierre de la central de Garoña es, según la SNE, "incoherente" con las recomendaciones energéticas definidas en el Parlamento Europeo y con la política energética de nuestros principales socios europeos.

La SNE es una asociación sin ánimo de lucro que representa a más de mil profesionales del sector.