Los partidos aliados en el Gobierno vasco --PNV, EA y EB-- no se dejaron impresionar por el no de José Luis Rodríguez Zapatero, a las pretensiones del lendakari Ibarretxe. Iñigo Urkullu, portavoz del PNV y virtual sucesor de Josu Jon Imaz en la presidencia del partido, avanzó que seguirán con sus planes para "intentar un acuerdo político".

En la misma línea argumental sostenida por el PNV sobre la propuesta, Urkullu defendió su oportunidad para buscar una solución y se felicitó de que el lendakari haya puesto "todas las cartas sobre la mesa" y boca arriba. Poco antes de la cita, el consejero de Justicia, Joseba Azkarraga (EA), había reclamado para Ibarretxe el "respeto y consideración" que desde el Gobierno se ha tenido con ETA y predijo una "confrontación democrática". El secretario general de EA, Unai Ziarreta, apuntó que la propuesta seguirá "abierta" hasta junio del 2008 y advirtió a Zapatero de que no se puede "contraponer" la legalidad a la legitimidad del pueblo vasco a decidir.

Por el contrario, el secretario general del PSE, Patxi López, apoyó a Zapatero por "cerrar el asunto" dejando claro ante la ciudadanía que no es posible realizar el camino que dibuja Ibarretxe. López reclamó un "acuerdo entre diferentes" para definir el futuro de Euskadi.

CiU, ERC e IU-ICV se quejaron del portazo de la Moncloa. Josep Antoni Duran Lleida (CiU) animó a Ibarretxe a buscar el acuerdo a través de "la palabra y no mediando las pistolas". Joan Tardà (ERC) opinó que Zapatero empieza a semejarse "al señor Rajoy, al doctor No", y Joan Herrera (IU-ICV) criticó el "catastrofismo" del PP.