El vicepresidente económico, Pedro Solbes, defendió ayer el compromiso del Gobierno con la estabilidad presupuestaria y dijo que "la idea fundamental que soporta estos presupuestos es la de aprovechar el buen momento que pasa nuestro país para prepararnos con vista al futuro".

Según Solbes, el superávit del 0,2% del producto interior bruto (PIB) previsto para el 2006 y la reducción de la deuda pública hasta el 43% del PIB "aumentarán la capacidad de nuestro país para enfrentarse a posibles desaceleraciones económicas". En el 2005, por primera vez "en la historia de nuestra Hacienda Pública", las cuentas se cerrarán con superávit, incluso superior al previsto, del 0,1% del PIB.

Solbes quiso desmontar la principal crítica de la oposición y de instituciones económicas, como el Banco de España, que reclaman mayor contención del gasto en el 2006 (que crecerá el 7,6%) para contener la inflación. El líder del PP, Mariano Rajoy, dijo que "un incremento del gasto público por encima del crecimiento nominal de la economía (el 6,6%) es como querer apagar el fuego con gasolina".

PROBLEMAS AGRAVADOS Para el líder del PP estos presupuestos "tendrían que haber servido para corregir los problemas que padece la economía española --inflación, déficit exterior, pérdida de competitividad--, y en lugar de eso, tienden a agravarlos".

En sentido contrario, el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, autor de otra enmienda de totalidad al presupuesto, reclamó más gasto del Estado. "La estabilidad presupuestaria es importante, pero en momentos de bonanza prefiero un poco más de déficit y un mucho más de inversión".

Solbes apeló ayer a "la responsabilidad que los agentes sociales han mostrado durante los últimos años" para que la moderación salarial impida que el alza del petróleo se convierta en una espiral de inflación. Y apeló a las autonomías para que, con "sobriedad y preocupación", respeten el 0,1% del PIB de déficit previsto para ellas.