EL GOBIERNO DE AZNAR ABRIO EL EJERCITO A LOS INMIGRANTES EN EL AÑO 2002, EN ESPECIAL A LOS LATINOAMERICANOS, ANTE EL FRACASO DEL PLAN DE RECLUTAMIENTO DE 120.000 SOLDADOS PROFESIONALES ENTRE LOS ESPAÑOLES.

Las condiciones básicas eran tener la mayoría de edad y la residencia legal en España, además de carecer de antecedentes penales.

La norma establecida por el entonces titular de Defensa, Federico Trillo, establecía que los inmigrantes no podrían superar el 2% de la plantilla de las Fuerzas Armadas. Las unidades que quedaron abiertas para los extranjeros fueron la Legión, la brigada paracaidista --a la que pertenecía el soldado Jorge Arnaldo Hernández Seminario, fallecido ayer en Afganistán-- y la Marina.

El Gobierno socialista amplió en enero del 2005 del 2% al 7% el cupo de soldados extranjeros y amplió las posibilidades de ingreso a todas las unidades y especialidades. El entonces ministro, José Bono, lo creyó "razonable" porque los inmigrantes ya suponían entonces el 8,5% de la población española.

La última convocatoria de plazas de tropa y marinería reserva 510 de las 3.148 plazas a extranjeros. El compromiso es por seis años. Una vez cumplidos, el candidato tendrá la posibilidad de ampliarlo hasta tres años.