Sólo los portavoces de Batasuna se negaron ayer a condenar el ataque contra la ferretería del edil de UPN de Barañain. El portavoz de la formación ilegalizada, Pernando Barrena, se aferró a la falta de datos para pronunciarse sobre la cuestión en una rueda de prensa. "No hacemos comentarios sobre suposiciones, sino sobre datos", declaró Barrena.

Batasuna desoyó así las peticiones que le hicieron desde Aralar y desde el socialismo vasco. El resto de partidos, en cambio, condenó enérgicamente lo que todos dieron en calificar como "atentado". Con ese término se refirió Diego López Garrido, portavoz parlamentario del PSOE, al suceso, tras el que pidió unidad de los partidos con el Gobierno. López Garrido quiso mantener la esperanza en lograr la paz y se negó a "considerar que a la primera de cambio el proceso pueda descarrilar". Gaspar Llamazares también declaró que "un grano no hace granero", pero reconoció que el incendio "dificulta" el proceso de paz. Gabriel Elorriaga, responsable de comunicación del PP, pidió al Gobierno que "no minusvalore" lo que es "una confirmación más" de la "falta de voluntad" de ETA para llegar a la paz definitiva.