Baltasar Garzón explica, en el auto de procesamiento, que el piloto suicida Mohamed Atta vino por primera vez a España en enero del 2001. No se sabe cuándo salió, pero sí que regresó el 8 de julio. En Madrid alquiló un coche con el que se trasladó a Barcelona. Los días 13, 14 y 15 de julio se alojó en un hotel de Tarragona y el 17 se marchó a Salou. El 19 de julio echó gasolina en una estación de servicio próxima al aeropuerto madrileño de Barajas, desde donde voló a Atlanta después de devolver el coche de alquiler con el que había recorrido un total de 1.908 kilómetros.