No hubo sorpresas. El Tribunal Supremo anuló ayer las listas electorales aberzales de Democracia 3 Millones (D3M) y Askatasuna por ser sucesoras de la ilegalizada Batasuna. La decisión se adoptó por unanimidad y se dio a conocer después de las 23 horas. Por primera vez no habrá listas de la izquierda aberzale en unas elecciones vascas.

El debate de los magistrados que integran la sala del artículo 61 del Tribunal Supremo comenzó a las cinco de la tarde. Los jueces habían recibido tres horas antes las alegaciones de las plataformas radicales después de que estas hubieran logrado el día anterior una prórroga.

No obstante, los magistrados ya habían comenzado a estudiar el jueves y el viernes las demandas presentadas por el Gobierno y la fiscalía. Los jueces alcanzaron un acuerdo sobre las cuestiones generales al contar con una doctrina consolidada de otros procesos electorales.

Las plataformas se quejaron de la brevedad de los plazos y cuestionaron la competencia del alto tribunal para resolver las demandas. El Supremo les aclaró que la ley impone los plazos, ya que no se puede actuar hasta que las candidaturas se proclaman y se ha de dictar sentencia antes de que empiece la campaña electoral.

Tras estas respuestas, los jueces han examinado minuciosamente las pruebas aportadas por el Gobierno y la fiscalía contra D3M y Askatasuna. A los magistrados les ha parecido suficiente que un 98% de los candidatos de D3M hayan tenido vínculos con Batasuna. También han dado credibilidad a los documentos intervenidos a ETA en los que exigía a su brazo político mantener su presencia en las instituciones.

El alto tribunal dedicó la mayor parte de la deliberación de ayer a escudriñar los indicios contra Askatasuna. Para los magistrados ha sido suficiente prueba que este partido haya estado dormido desde 1998 y que se haya reactivado ahora.