Cambio de criterio. El pleno de la sala penal del Tribunal Supremo condenó ayer a Juan María Atutxa, expresidente del Parlamento vasco, y a los miembros de la mesa de la Cámara vasca Gorka Knörr y Kontxi Bilbao a penas de multa e inhabilitación por un delito de desobediencia por negarse a disolver el grupo parlamentario de Batasuna tras su ilegalización.

La decisión fue adoptada por mayoría tras más de cinco horas de deliberación. Los jueces no siguieron la doctrina que establecieron en diciembre en el caso Botín . En ese caso, los jueces dictaminaron que los acusados no pueden ser juzgados si solo les persigue una acción popular. En este proceso, Atutxa y los otros dos imputados fueron acusados únicamente por el sindicato de funcionarios Manos Limpias.

Sin embargo, los magistrados dieron ayer una vuelta de tuerca a su doctrina y decidieron que solo se puede aplicar en los procesos en los que existen perjudicados cuando estos deciden no pleitear o reclaman el archivo de la causa. En los demás casos, el alto tribunal ha establecido que se debe aplicar la norma general que permite pleitear a terceros como acción popular.

Esta tesis ha sido rechazada por cuatro de los jueces que anunciaron la presentación de un voto particular. Se trata de Andrés Martínez Arrieta, Carlos Granados, Joaquín Jiménez y Luciano Varela. Sin embargo, los magistrados acordaron por unanimidad condenar a Atutxa, Knörr y Bilbao por entender que su actuación era un delito de desobediencia, ya que no atendieron hasta cuatro requerimientos que les hizo el Supremo para que disolvieran el grupo parlamentario de Batasuna.

El abogado de Manos Limpias, Jaime Alonso, pidió dos años de inhabilitación y multa de 108.000 euros. Por su parte, el fiscal y el defensor de los acusados reclamaron que se confirmara la sentencia absolutoria del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.