Satisfacción. El Tribunal Supremo elevó ayer la pena impuesta al excapitán de corbeta de la Marina argentina Adolfo Scilingo de 640 años de cárcel a 1.084 al condenarle por los 255 desaparecidos que hubo mientras estuvo en la Escuela Mecánica de la Armada (Esma) entre 1976 y 1977. Además, confirma que participó en la desaparición de 30 personas que fueron arrojadas desde aviones al mar en esas fechas y por una detención ilegal. La sentencia fue recibida con júbilo por las víctimas, que han peleado para que la justicia española le condenara con el fin de activar los procesos que se siguen en Argentina contra los militares implicados en los crímenes de la dictadura (1976-1983).

Fuentes del alto tribunal han explicado que las deliberaciones --que se han prolongado dos días y en las que han intervenido los 15 jueces del pleno de la sala penal-- se centraron en si se podían encuadrar esos hechos como un delito de genocidio. Los jueces descartaron esa posibilidad por entender que las desapariciones de miles de argentinos no podían encuadrarse en motivos religiosos, nacionales o étnicos.

No obstante, los magistrados entendieron --por 10 votos a 5-- que esos hechos eran constitutivos de un delito de crímenes contra la humanidad, como estableció la Audiencia Nacional.

LAS DUDAS Tras solventar sus dudas jurídicas, los magistrados han optado por aplicar la interpretación más dura al exmilitar argentino ya que la Audiencia Nacional solo le había condenado por los 30 desaparecidos en los vuelos de la muerte . Scilingo confesó estos hechos ante el juez Baltasar Garzón cuando se entregó voluntariamente, aunque en el juicio se retractó. Sin embargo, la Audiencia no le condenó como autor o cómplice de las 255 desapariciones que hubo en el centro de la Esma mientras él trabajó allí.

El Supremo le ha aplicado la misma doctrina que a las organizaciones terroristas, que permite condenar a los dirigentes de esos grupos aunque no se hayan manchado de sangre. Para los jueces, Scilingo es cómplice de los delitos porque reparó los coches y participó en las reuniones donde sus mandos le explicaron su plan de limpieza moral.

Esta interpretación, "la más avanzada y progresista de una sentencia en Europa", según la fiscalía, impulsará los juicios en Argentina. Ahora, los militares deberán probar ellos que no estuvieron en los centros de detención clandestinos cuando hubo desaparecidos y se les podrá condenar sin necesidad de demostrar que participaron en los delitos que se les imputan.