El Tribunal Supremo dio ayer un paso más para dinamitar la carrera del juez Baltasar Garzón. El alto tribunal admitió una segunda querella para investigar si el Banco Santander patrocinó unos cursos que el magistrado organizó por su condición de juez de la Audiencia Nacional y con el fin de mejorar su "prestigio y consideración pública".

El Tribunal Supremo ya archivó en marzo del 2009 otra querella por el dinero que Garzón cobró durante su estancia en la Universidad de Nueva York entre marzo del 2005 y junio del 2006 y que también fue financiada por el Santander. La instrucción corrió a cargo del juez Luciano Varela, que dictaminó que Garzón no había cometido ningún delito, pero pidió al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que le investigara. El poder judicial archivó la causa, pero los abogados José Luis Mazón y Antonio Panea rebuscaron hasta que encontraron una referencia en la universidad norteamericana en la que se afirmaba que Garzón "diseñó y obtuvo los fondos necesarios" para organizar unos cursos sobre terrorismo en los que participaron importantes personalidades.

LOS MOTIVOS Esta referencia dio pie a esta nueva querella y a que el Tribunal Supremo diga que "no puede excluirse ahora y de modo definitivo que la respuesta positiva de la entidad bancaria realizando tan generosa aportación esté relacionada con el cargo público que desempeña quien hace la petición" (Garzón) ni que el juez de la Audiencia no se haya "beneficiado, incluso de forma indirecta, en su prestigio y consideración públicas, e incluso en aspectos económicos, en relación a este tipo de actividades".

El alto tribunal también apunta que el banco que preside Emilio Botín decidió patrocinarle porque tenía un proceso pendiente en la Audiencia Nacional por una querella presentada por su enemigo Rafael Pérez Escolar que fue archivada por el juez Garzón. El Supremo relaciona el dinero que dio la entidad bancaria con este archivo.

También acusa al juez de haber "solicitado personal y directamente" del Santander "una importante cantidad de dinero para sufragar los gastos derivados" de su estancia en Nueva York y en concreto de haber percibido 22.650 dólares para pagar sus viajes y 21.152 dólares destinados a la matrícula de su hija en la Escuela Internacional de Naciones Unidas.

Los jueces justifican su decisión porque sostienen que "los hechos han ocurrido en realidad" y que Garzón recibió el dinero por "tratarse de un juez de la Audiencia Nacional". No obstante, los magistrados aclaran que esta imputación puede ser solo "una conjetura o suposición" de los abogados y que la instrucción de Manuel Marchena deberá desvelar si prevaricó, estafó y cohechó --como le acusan los querellantes--.

OTROS CASOS El juez Luciano Varela tiene aún que decidir si sienta en el banquillo a Garzón por investigar los crímenes de Franco. Si le abre juicio oral, el CGPJ le suspenderá hasta que se celebre la vista y si han transcurrido más de seis meses perderá su plaza en la Audiencia Nacional. Además, el tribunal tiene que decidir si admite a trámite otra querella presentada por los abogados del caso Gürtel por autorizar la intervención de las grabaciones que mantuvieron con sus clientes en la cárcel.