El talibán español, Ahmed Abderraman, Hmido , narró ayer el calvario que pasó en la base estadounidense de Guantánamo, que describió como un campo de concentración, donde dormía en "una jaula de animales de dos metros por uno". El ceutí exigirá a George Bush que le indemnice.

El hombre de 31 años a quien el Tribunal Supremo absolvió de pertenecer a Al Qaeda, por lo que fue condenado a seis años de cárcel por la Audiencia Nacional, dijo que "la jaula no tenía techo y todo el día daba el sol, con temperaturas que superaban los 45 grados con la humedad del Caribe cubano".

Aseguró que por las noches los presos eran apuntados con dos enormes focos de luz que les impedían conciliar el sueño y les dificultaban la visión. Mientras relataba su horror, se quedó sin voz: "Era muy duro, perdí la vista porque no podía mirar de lejos", declaró muy afectado.

Asegura que en su celda tenían "una sábana y una toalla, por lo que nos hacíamos la almohada con la tierra; y dos cubos, uno para el agua y otro para hacer nuestras necesidades".

Ahmed Abderraman contó cómo fue detenido junto con otras 150 personas en Pakistán tras huir de la guerra de Afganistán, donde fue a estudiar el Corán. Ahí estuvo recluido en penosas condiciones antes de ser trasladado a Guantánamo, donde pasó más de dos años hasta que EEUU le extraditó a España.

QUIERE SER CAMIONERO Su abogado, Marcos García Montes, le acompañó durante su primera rueda de prensa tras conocer la decisión del Tribunal Supremo y aseguró que Hmido sufre problemas físicos y psíquicos desde su paso por Guantánamo, por lo que ratificó que solicitará a EEUU y a George Bush "una indemnización multimillonaria".

Tras mostrar su satisfacción por la decisión del Supremo, Hmido condenó el terrorismo y aseguró que lo único que quiere hacer es recuperar su vida. "Quiero recuperar la normalidad y ganarme la vida como camionero, que es lo que sé hacer", admitió el musulmán ceutí.