Esperanza Aguirre no tuvo ayer un buen día. La presidenta de la Comunidad de Madrid tuvo que lidiar en una misma jornada con la reaparición del tamayazo --el polémico caso de transfuguismo político que le permitió llegar a su actual cargo en el 2003--, la dimisión de su número tres, el consejero de Sanidad, Juan José Güemes, y una ofensiva de la oposición regional contra su llamamiento a la rebelión fiscal.

La mañana se inició de forma esperpéntica: con la resurrección de Eduardo Tamayo en la Puerta del Sol, donde está la sede central del Gobierno autonómico, pidiendo entrar en el edificio. El exdiputado autonómico del PSOE, que impidió al socialista Rafael Simancas ser elegido presidente de la comunidad al ausentarse junto a una compañera de partido del pleno de investidura, montó el show mediático y aseguró al personal del control de entrada que tenía una cita con Aguirre. Tras recibir la esperada respuesta negativa, se dirigió a los periodistas para decirles que dispone de información que "implica", presuntamente, a dos dirigentes del PP en los hechos que obligaron a repetir las elecciones madrileñas. Se trata del exalcalde de Majadahonda Ricardo Romero de Tejada, relacionado, para más inri, con el caso Gürtel , y la diputada en la Asamblea de Madrid Carmen Rodríguez, una de las presuntas víctimas de la trama de espionaje en el PP madrileño. Tamayo no aportó pruebas.

G EMES RENUNCIA La dimisión de Güemes, que también deja el escaño y la portavocía del partido en Madrid, conmocionó la actualidad política. La relación entre el exconsejero y la presidenta estaba cada vez más deteriorada, según varias fuentes. Güemes, formado a la vera de Rodrigo Rato, dijo que dejaba el cargo por motivos "personales". Pero seguirá en la dirección estatal del PP, lo que confirmaría la teoría de que es un adiós temporal amparado por Mariano Rajoy, que lo repescará en un futuro.