Pasar página del 11-M se presenta como una misión imposible, al menos hasta las próximas elecciones. Así quedó ayer patente tras el primer debate parlamentario sobre la sentencia de la Audiencia Nacional del 31 de octubre pasado. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y todos los partidos conminaron al PP a acatar la sentencia a fin de sacar de la arena política el mayor atentado de la historia de España. Los conservadores declinaron la invitación por falta de confianza en el PSOE y mantuvieron a flote la teoría de la conspiración , lo que provocó una dura réplica de Rubalcaba.

El debate se produjo en la Comisión de Interior del Congreso, donde el ministro compareció a petición de IU-ICV para repasar el grado de cumplimiento de las recomendaciones de la comisión de investigación del 11-M, desarrollada en el 2004. La discusión derivó en un enfrentamiento verbal entre socialistas y conservadores en torno al fallo judicial.

El ministro hizo una primera intervención técnica y conciliadora, al término de la cual reclamó unidad de los partidos frente al terrorismo internacional. La temperatura del debate aumentó con los discursos de los otros grupos, que aislaron al PP.

Gaspar Llamazares, de IU-ICV, afirmó, por su parte, que la sentencia "rubrica la derrota de la teoría de la conspiración ". Joan Puig, de ERC, arremetió contra quienes "han mentido" durante tres años, aireando una supuesta autoría de ETA. Emilio Olabarria (PNV) recalcó la falta de previsión del Gobierno de Aznar frente a la amenaza islamista, pese a las voces de alerta.

Tras esa andanada, llegó el turno del popular Jorge Fernández Díaz, quien dijo desconfiar de la buena voluntad del Gobierno. Sustentó su posición en anteriores declaraciones del propio ministro y otros socialistas, así como en las intervenciones de ERC y PNV, unas fuerzas de las que afirmó que hacen el "trabajo sucio" del Gobierno contra el PP.

MATICES El portavoz conservador fue subiendo de tono. Acusó al PSOE --especialmente a Rubalcaba-- de haber usado políticamente los atentados para ganar en el 2004 y advirtió de que no se cruzarán de brazos si los socialistas intentan utilizar la sentencia como arma arrojadiza. Dijo que su partido acata el fallo, pero no "sin matices". Arguyó que siempre cumplen la ley, a diferencia del PSOE, y sacó a relucir la guerra sucia del GAL y el reciente proceso de paz.

Según Fernández Díaz, la posición del PP la expresó Mariano Rajoy el día de la sentencia al acatar el fallo y, al tiempo, apoyar futuras vías de investigación sobre la autoría intelectual.

Rubalcaba se mostró más duro. Tachó de "penosa" la intervención de Fernández Díaz y recalcó que en los últimos tres años y medio el debate ha girado en torno a la hipotética autoría de ETA, que se demostró falsa. El problema del PP, dijo, es que "se creen víctimas del atentado, y las víctimas fueron 191 españoles y un geo". Pese a todo, volvió a tender la mano al PP. El conservador se mostró dispuesto a aceptar, pero "no para negociar con terroristas".