Los terroristas miran a la cámara del teléfono móvil. Llevan chalecos con explosivos reales. De pronto, gritan y comienzan a insultar a los Mossos d'Esquadra: "Hijos de puta". Las imágenes forman parte del vídeo de la investigación de los atentados cometidos en Barcelona y Cambrils hace diez meses, en los que murieron 16 personas y 137 resultaron heridas.

En ellas, las amenazas a los Mossos d’Esquadra son expresas y contundentes. Fuentes de la investigación confirmaron a EL PERIÓDICO que en la hora de grabaciones que se hicieron los terroristas (una especie de making of en la que se les ve en Alcanar y también en París) no hay ni una mención a la Guardia Civil ni a la Policía Nacional. En ese vídeo, cuya existencia fue desvelada por la revista INTERVIÚ, sí hay una amenaza genérica hacia los "españoles", a los que se anuncia que van "a sufrir".

Sentada en Salt

La inquina contra la policía catalana pudo haber tenido un primer episodio tiempo atrás. Tres de los terroristas: Mohamed Hychami (el que lleva la voz cantante en las grabaciones), y los hermanos Younes y Houssaine Abouyaaqoub fueron identificados por los Mossos el 20 de enero del 2016. Protagonizaron ese día una sentada pacífica en la puerta de la comisaría de Salt (Girona).

Tras los atentados, la reconstrucción del recorrido de los terroristas, en la que colaboró el FBI, descubrió que cinco de ellos llegaron en furgoneta hasta el paseo Jaume I de Salou (Tarragona), donde se dieron la vuelta al ver una patrulla de la Guardia Civil. Entonces, regresaron hacia Cambrils y allí vieron un coche de los Mossos d'Esquadra. Esa vez, siguieron hacia adelante.

El juez Fernando Andreu mantiene el secreto de sumario, especialmente sobre la pieza separada que afecta al vídeo. Las grabaciones fueron enviadas a Francia. En ellas se ve a cuatro de los terroristas -que estuvieron allí el 11 y 12 de agosto, seis días antes de los atentados- junto a la Torre Eiffel e imágenes del monumento desde diferentes ángulos y distancias. Tras verlas, el Gobierno francés decidió levantar un muro de cristal y metacrilato de siete centímetros de espesor. Su instalación costará unos 20 millones de euros.

Detonarse entre la gente

La hipótesis principal de las investigaciones es, según ha podido saber EL PERIÓDICO, que los atentados iban a cometerse a la vez en la Sagrada Familia de Barcelona y la Torre Eiffel de París. "Pensamos que iban a ser atentados gemelos y simultáneos", comenta una fuente del caso. "Iban a usar las furgonetas y las bombonas de butano, pero también al menos uno de ellos iba a bajarse luego con el chaleco con explosivos para llegar más lejos en los dos monumentos y hacerse detonar entre la gente", subraya.

De hecho, en las grabaciones recuperadas a los terroristas se observa a varios de ellos mostrando orgullosos los chalecos con explosivos reales y se ve cómo simulan sonrientes que pulsan el botón del detonador.

Todo se precipitó con la explosión del chalet de Alcanar, la noche del 16 de agosto. "El imán Es Satty iba a darles un tutorial a los terroristas sobre cómo fabricar la 'madre de Satán' (el TATP, el explosivo que se ve en el vídeo de las grabaciones) y los chalecos, pero algo salió mal y todo voló por los aires". Uno de los terroristas, Said Aalla, dejó una nota escrita a su familia en la que les encargaba "vender mis cosas para cubrir las deudas que os devo (sic)". También dejó una nota manuscrita en la que había copiado un fragmento de la Sura 78 del Corán: "El día del juicio final ya está determinado".

Un atentado barato

Los Mossos d'Esquadra han concluido prácticamente sus pesquisas sobre los atentados. Guardia Civil y Policía Nacional tienen abiertas aún varias diligencias. Lo que sí se ha establecido es una aproximación sobre el coste de los atentados: los servicios de información calculan que los terroristas gastaron "menos de 2.000 euros" en la matanza; es decir, menos del sueldo mensual que ganaba en una empresa de forjados uno de los líderes del grupo, Mohamed Hychami. Los últimos datos apuntan a que Hychami distrajo materiales como tuercas, tornillos y cintas adhesivas de la empresa donde trabajaba para emplearlos en los ataques.