Un hombre que afirma ser testigo protegido del 11-M lleva dos días en huelga de hambre. Protesta tapado con un pasamontañas ante el Congreso de los Diputados para denunciar que ha sido "abandonado" por las autoridades.

Cuenta que era cristalero, nacido en Marruecos pero con nacionalidad española, que vivía en Móstoles y que cuando se enteró de los sucesos del 11-M fue a la policía para contar todo lo que sabía de su amigo Jamal Ahmidan, el Chino, porque pensó que, "como moro, tenía la obligación de demostrar que no todos los moros piensan igual".

NUEVA IDENTIDAD A los pocos días, fue amenazado de muerte, lo que hizo que el juez Juan del Olmo le concediera una identidad nueva y ayuda económica para poder trasladarse de ciudad, un dinero que después le retiraron. Fuentes policiales han corroborado esta versión, pero explican que la ayuda se retira a todos los testigos una vez que consiguen trabajo.

El problema es que este testigo afirma que no puede trabajar a causa de una depresión inducida por el trato que le han dado las autoridades. Explica, además, que no puede percibir el paro porque con su nueva identidad no consta que ha cotizado. Señala que ha dado cuenta de ello y de la falta de documentos esenciales al juez y a Interior, pero que no ha recibido ninguna respuesta.