Un libro recién publicado desvela nuevos detalles de la supuesta conspiración maquinada en los años 90 para reabrir el caso GAL y echar al PSOE del Gobierno. Ahora es el expolicía José Amedo, condenado por la guerra sucia contra ETA, quien aporta datos de la trama formada, según dice, por el director de El Mundo , Pedro J. Ramírez, el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón y el entonces secretario general del PP, Francisco Alvarez-Cascos.

Amedo cuenta en La conspiración, el último atentado de los GAL (editorial Espejo de Tinta) las presiones a las que fue sometido por el director de El Mundo para que implicara a la cúpula de Interior y al entonces presidente del Gobierno, Felipe González, en las actividades del GAL, por las que el exsubcomisario fue sentenciado en 1991 a 108 años de cárcel.

Por el indulto

Según Amedo, a cambio de contar lo que sabía del GAL, sería indultado cuando el PP gobernara y recibiría de Ramírez cantidades millonarias, que se concretaron en 30 millones de pesetas. El objetivo de los pagos (negados el sábado por El Mundo en su editorial) era que el diario pudiera organizar "un flujo de escándalos" que "fuesen arrinconando" al Gobierno.

El libro narra la versión del famoso condenado sobre cómo se armó el proceso judicial que comenzó en 1994 con la confesión de los expolicías Amedo y Michel Dominguez contra responsables del Ministerio del Interior por el secuestro de Segundo Marey. Considerado la primera víctima del GAL, este ciudadano francés fue secuestrado el 4 de diciembre de 1983 al ser confundido con el etarra Mikel Lujua. Estuvo encerrado 10 días en una cabaña de Cantabria.

El Supremo condenó a 12 personas en julio de 1998, entre ellas el exministro José Barrionuevo, el exsecretario de Estado para la Seguridad Rafael Vera y el exdirector de la Seguridad del Estado Julián Sancristóbal, con penas de 10 años cada uno, y a varios mandos policiales.

Entrevista con el juez

La supuesta conspiración comenzó, según Amedo, en abril de 1993, cuando el juez Garzón interrogó de modo privado a su compañero, el también condenado Michel Dominguez, y le ofreció "solucionar su problema si contaba lo que sabía". Dominguez le dio "las claves del secuestro" de Marey.

Garzón no prosiguió sus pesquisas porque abandonó el juzgado para presentarse a las elecciones generales como número dos de la lista socialista al Congreso por Madrid, que encabezaba Felipe González, pero las retomó al abandonar la política y regresar a su puesto en la Audiencia Nacional. Según Amedo, en diciembre de 1994, el juez le "presionó" para que colaborase y le hizo saber que conocía las cuentas de su esposa y la de Dominguez en Suiza.

Después narra sus entrevistas con el director de El Mundo y el periodista Melchor Miralles en el Hotel Eurobuilding de Madrid, y dice que acordaron una entrega inicial de 12 millones de pesetas por su relato y otra cantidad similar por una grabación de Sancristóbal en la que implicaba a González. El director de El Mundo desembolsó a Amedo, según éste, 18 millones en otros dos pagos. "Vas a estar plenamente respaldado por mí, por amplios sectores sociales y por determinadas personas con mucho poder", dice Amedo que le aseguró Ramírez.

El expolicía relata que el director de El Mundo le informó de que Alvarez-Cascos y José María Aznar estaban al corriente de la trama. Amedo relata una entrevista que mantuvo con Pedro J. y en la que éste le pidió, en nombre de Jose --supuestamente José María Aznar--, que exculpara a Ricardo García Damborenea, socialista que se pasó al PP. Ramírez le contó, según Amedo: "Jose me ha dicho que ponga en tu conocimiento que te está sumamente agradecido y que no olvidará este favor".

Más tarde se refiere a cómo Garzón le orientó para que imputara a Vera por haber pagado un millón de francos a Sancristóbal para el secuestro de Marey y a cómo, tras el encarcelamiento de Vera, Ramírez le pidió que imputara al exministro José Luis Corcuera.

En diciembre de 1998, cinco meses después de la sentencia del caso Marey , el Gobierno concedió el indulto parcial a los condenados, salvo a Amedo y Dominguez. Pero el Supremo ordenó su ingreso en prisión en el 2001. Barrionuevo, Vera, Sancristóbal y Damborenea lograron el régimen abierto. Después de toda la "conspiración", Amedo no fue indultado por el PP.