La comparecencia de la directora del Instituto Anatómico Forense de Madrid, Carmen Baladía, provocó ayer dos efectos indeseados para el PP, que había solicitado su presencia. El primero fue que Baladía reconoció que había emitido un informe para el Ministerio de Justicia, a petición del entonces director general de relaciones con la Administración de Justicia, Carlos Lesmes, cuya conclusión final es la inexistencia de indicios que permitan suponer la existencia de un suicida entre las víctimas. Con ello, el Gobierno del PP desmintió las informaciones que ofreció un medio de comunicación la noche del 11-M.

El segundo efecto no deseado fue la evidencia de que la nota del CNI (en la que se negaba la autoría de grupos de la Yihad porque, entre otras cosas, no había "huellas significativas" de terroristas suicidas) fue registrada en la Moncloa cuando sólo hacía dos horas y 20 minutos que habían comenzado a realizarse las autopsias.

La nota del CNI fue desclasificada dos semanas después por el PP para avalar su tesis. La nota ve "casi segura" la autoría de ETA, pero hay un párrafo tachado del que no se dieron datos.

Baladía informó que trabajaron 12 horas seguidas, desde las 13.30 del 11-M a la 1.30 del día siguiente, en el reconocimiento de los cadáveres. La nota del CNI fue registrada a las 15.51.