Los grupos parlamentarios aportaron ayer sus conclusiones después de un año de trabajo en la comisión parlamentaria de investigación de la masacre del 11 de marzo del 2004, en la que murieron 192 personas. Todos, menos el Partido Popular, se declararon convencidos de la acción inequívoca del terrorismo islamista. Los populares insistieron en que "la autoría no está clara" y denunciaron "el cierre en falso" de la comisión "por orden de José Luis Rodríguez Zapatero". Para el PP, el atentado "fue electoral" y hay que seguir buscando al "autor intelectual" e investigando "las conexiones entre ETA y el terrorismo islamista".

En un documento calificado de "excéntrico" por el dirigente de IU- ICV, Gaspar Llamazares, el PP dedica 362 páginas a defender la "irreprochable actuación" del Gobierno de Aznar.

TODO CORRECTO No hubo imprevisión sobre la amenaza islamista, sino falta de colaboración de la oposición, dice el PP. Tampoco hubo "mentiras" entre el 11 y el 14 de marzo, cuando el Ejecutivo insistió en imputar a ETA la autoría de la masacre, en contra de la investigación policial, sino "ataques al PP y una campaña de los partidos de la oposición y de algunos medios de comunicación para tratar de sembrar en la opinión pública la convicción de que el Gobierno estaba mintiendo", concluyen los populares.

El PP no asume un solo fallo. Frente a la "imprevisión" de su Gobierno ante la amenaza "directa" de Al Qaeda contra España tras los atentados del 11-S y de Casablanca, en mayo del 2003, dice que "no puede hablarse de imprevisión" porque se detuvo a 126 personas.

Frente al aumento de la amenaza que supuso la guerra de Irak y la utilización política de islamistas detenidos en Cataluña por parte de Aznar para reforzar la decisión de apoyar la guerra, el PP sostiene que el conflicto de Irak no fue decisivo porque los terroristas sólo buscaban "el vuelco electoral". Sus conclusiones reproducen los argumentos de Aznar ante la comisión.

DESCOORDINACION En sus 700 folios de análisis y recomendaciones, el PSOE coincide con las minorías en que el Gobierno de Aznar disponía de información suficiente sobre la amenaza para reforzar las medidas policiales y de inteligencia, y no lo hizo. El entonces ministro Acebes trató el asunto con sus colegas europeos del G-5, pero no incrementó los servicios. Algunos autores e instigadores de la masacre tenían relación con los terroristas del 11-S y con los de Casablanca. Muchos de ellos fueron vigilados por la policía y el CNI, otros tenían causas pendientes, pero la falta de coordinación policial impidió cruzar los datos y evitar la masacre. Tampoco ese fallo es asumido por el exministro Acebes.

Después de todo, el PSOE no pide responsabilidades políticas, aunque sí lo hacen las minorías, y ofrece un pacto global contra el terrorismo internacional.