Los hechos diferenciales de cada comunidad deben marcar la reforma de sus estatutos, pero no han de servir para que unas autonomías tengan "privilegios" y se produzca una merma de la "solidaridad" interterritorial. Esta fue la tesis que ayer defendieron los presidentes de Galicia, Emilio Pérez Touriño, y Andalucía, Manuel Chaves, que se reunieron en Santiago para estrechar relaciones y contrastar sus opiniones sobre la vertebración de España.

Touriño busca "avanzar en el reconocimiento de la identidad" de Galicia, pero no quiere que este objetivo se convierta en "un elemento de quiebra de la unidad como país" ni que suponga "la más mínima merma en el fortalecimiento de la igualdad de los ciudadanos".

Chaves admitió, eso sí, que las reformas de los estatutos "no pueden ser una fotocopia" porque cada comunidad presenta unas "peculiaridades" que predeterminan el proceso.