El nuevo Gobierno gallego, que ayer comenzó a trabajar después de la toma de posesión del vicepresidente y los consejeros, se quedará sin vacaciones para tener listos en octubre los presupuestos autonómicos. Y aunque, según dijo el presidente Touriño, no quiere iniciar la legislatura "mirando al pasado", no van a tener más remedio que hacerlo, ya que algunas de las decisiones que tomó el Ejecutivo en funciones pueden "condicionar" la elaboración de esos presupuestos. Por eso, el nuevo Gabinete anunció que "se revisarán" los últimos acuerdos de la Xunta. Para ello elaborarán un informe sobre la situación de cada consejería tanto desde el punto de vista presupuestario, para determinar los fondos sin ejecutar y las partidas ya comprometidas, como de los temas pendientes de cada departamento.

INVERSIONES DEL ESTADO Entre los asuntos a revisar estará el de las licencias de televisión digital autonómicas --concedidas a la COPE y al Grupo Voz--, pues Touriño aseguró que se atenderán las demandas de quienes piden que se reconsideren las concesiones. Además de los presupuestos autonómicos, al nuevo presidente le preocupan las partidas del Estado que se destinan a Galicia, por lo que, al margen de los contactos que ya ha tenido, sobre todo con el Ministerio de Fomento por la singularidad de sus inversiones, anunció que el próximo día 30 se reunirá con José Luis Rodríguez Zapatero.

La reforma estatutaria está también entre las prioridades del Gobierno. Touriño dijo que, en cuanto el Consejo Consultivo esté en funcionamiento, el 1 de septiembre, le encargará la elaboración de una propuesta sobre la que trabajar con el objetivo de crear la ponencia parlamentaria "cuanto antes".

POLITICA DE PROXIMIDAD Además de abordar estas cuestiones, Touriño pidió a su vicepresidente y a sus 12 consejeros que "se dediquen preferentemente a los problemas cotidianos de la gente", para estar "cerca" de ellos, y que sean "especialmente sensibles" a las demandas sociales. Tanto los consejeros como el vicepresidente Anxo Quintana comenzaron así su actividad de Gobierno después de un acto sencillo de toma de posesión, en el que casi todos coincidieron en prometer su cargo, aunque utilizaron diferentes variantes para referirse a la comunidad. Los socialistas la llamaron Galicia , mientras los nacionalistas utilizaron otra acepción: Galiza .

Pese a este detalle, y a las dificultades para hacerse la foto de familia por las distintas alturas de los consejeros y consejeras --el Gobierno es paritario entre hombres y mujeres, en las consejerías--, todos destacaron el buen ambiente que se vive en este inicio de legislatura.