Nada que ver. El exminero asturiano José Emilio Suárez Trashorras desmintió ayer rotundamente que hubiera facilitado los explosivos para el 11-M. También atribuyó a un malentendido que hubiese relacionado al suicida Jamal Ahmidam, el Chino , con los etarras que a finales de febrero del 2004 intentaron transportar más de 500 kilos de explosivos a Madrid.

El exminero, jubilado de la mina Conchita (Asturias) por problemas mentales, contestó en tono sereno a las preguntas del fiscal y cargó contra Raf Zuhier. Tras contar que era confidente de la policía de Avilés, recordó que durante cuatro años estuvo vigilado por la policía "con resultado negativo".

Relaciones etarras Asimismo negó que hubiera tenido relación con ETA y explicó que su cuñado Antonio Toro, también juzgado, le facilitó en el 2001 desde la prisión el telefóno de la mujer de otro interno para que esta le ayudase a pasar "comida, güisqui y dinero".

También aclaró que se había equivocado cuando en su declaración judicial vinculó a Ahmidam con los etarras que conducían la denominada caravana de la muerte . "La policía me dijo que ETA no se relaciona con traficantes y que había matado a narcotraficantes. Me entró la duda y pensé que quizá me había equivocado porque yo le hablé de los detenidos que vio en televisión y él se debía referir a otras personas". En esa charla telefónica, Ahmidam le había dicho que los detenidos eran amigos suyos, aunque no hablaron de ETA en ningún momento.

El exminero explicó a los jueces que no se acercaba a la mina desde hacía dos años y que no mantenía relaciones de amistad con otros empleados de la misma. Tampoco pudo precisar el tipo de explosivo que se fabricaba en esa explotación. Por ello, acusó al resto de los imputados que le implican en estos hechos de inventarse historias. "Han contado la película de que vendimos 200 kilos de explosivos a ETA", subrayó.

Tráfico de drogas Trashorras, que se enfrenta a más de 38.000 años de cárcel, solo admitió que traficaba con hachís. Por este motivo, viajó en dos ocasiones a Madrid para entrevistarse con Ahmidam. El suicida le vendió 85 kilos de esa droga, pero él solo le pagó 72.000 euros por 60 kilos porque el hachís era de muy mala calidad.

El exminero explicó que mandó a Madrid a dos jóvenes --uno de ellos ya condenado-- para que devolvieran la droga al suicida. Tampoco pudo explicar los viajes del Chino a Asturias a finales de febrero cuando, según la fiscalía, se encargó de trasladar los explosivos a Madrid.

"Vino a robar una joyería, pero no pudo porque era sábado y el comercio estaba cerrado". Por último, contó que habló con el suicida a finales de febrero. "Me dijo que si no nos veíamos en la tierra, lo haríamos en el cielo". Tras el 11-M, le relacionó con la masacre.