Los números son contundentes. En los últimos 22 días han sido detenidos 18 etarras. Los tres últimos, ayer, en Francia. La media es de casi un terrorista por día. Una estadística policial sin precedentes en los últimos años y que evidencia hasta qué punto ETA está más debilitada, más fracturada y más desorientada que nunca. La banda mantiene su capacidad de matar, como demostró asesinando al inspector Eduardo Puelles, pero apenas tiene respiro y en la operación de ayer, a las puertas de un McDonald´s, perdió a una de las principales dirigentes de la actual cúpula militar: Itziar Plaza, alias Idoia , reclutada en el 2003, a la que se le atribuye la participación en una treintena de atentados. Los otros dos detenidos son Iurgi Garitagoitia Salegui, al que se considera coordinador del comando que asesinó a Isaías Carrasco y a Ignacio Uria, y Asier Borrero, refugiado en Francia tras la desarticulación del comando Vizcaya en noviembre del 2008 y al que se le relaciona con el asesinato de dos guardias civiles, el 1 de diciembre del 2007, en Capbreton.

La de ayer en el sur de Francia no fue una operación policial casual. Desde que en mayo del año pasado la Guardia Civil detuvo en Burdeos al jefe militar y político de ETA, Francisco Javier López Peña, alias Thierry , los golpes policiales contra la banda etarra no han cesado, al tiempo que se afianzaba una colaboración policial con Francia que ha permitido a las fuerzas de inteligencia y seguridad española campar a sus anchas por todo el territorio vecino.

COMIDA RAPIDA En el día de ayer, agentes de la comisaría general de información del Cuerpo Nacional de Policía identificaron un Volkswagen Passat azul con placas falsas. Comprobaron que el vehículo había sido robado y no tardaron en identificar a los ocupantes: tres de los terroristas más buscados. Los activistas comían en un McDonald´s de un centro comercial del barrio de Macieres, en las afueras de Pau, al sur de Francia. Los agentes españoles alertaron a sus colegas franceses, y estos acudieron a realizar las detenciones. Otras fuentes aseguraron que fue un gendarme el que identificó a Borrero en el interior del comedor, y el que dio la alarma.

En las últimas semanas, la fotografía de Borrero había sido distribuida a todos los agentes de las distintas policías de Francia, tras ser identificado como uno de los dos etarras que el 8 de junio tirotearon e hirieron en una mano a un gendarme en la localidad de Sainte-Enimie. La acompañante era Plaza, quien, al verse descubierta, y mientras

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