El Ministerio de Defensa ha abierto una investigación para esclarecer las causas exactas del accidente que ayer acabó con la vida de tres pilotos militares en Albacete, mientras realizaban ejercicios de entrenamiento a bordo de dos aviones de caza Mirage F-1, uno de ellos de doble mando, pertenecientes a la base de Los Llanos.

A la espera de que concluyan las averiguaciones, todo apunta a que los dos aparatos chocaron en el aire y se precipitaron al vacío. El accidente tuvo lugar en torno a las diez de la mañana y en él fallecieron los capitanes Jerónimo José Carbonell y Fernando Negrete, de 29 y 33 años, respectivamente, y el teniente Roberto Carlos Alvarez, de 29 años, perteneciente a la 59 promoción de la Academia General del Aire y alumno del curso de pilotos de Mirage F-1. El jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire, José Jiménez Ruiz, afirmó que los pilotos tenían experiencia "suficiente" y estaban realizando un vuelo rutinario perteneciente a un ejercicio de entrenamiento.

Los restos de los dos aviones se encontraron separados por unos tres kilómetros, junto a los tres cadáveres, concretamente en dos fincas entre las localidades de El Bonillo y Ossa de Montiel, en Albacete. La titular de Defensa, Carme Chacón, se desplazó ayer a la base aérea de los Llanos para dar el pésame a los familiares. Los aviones Mirage F-1 han sido utilizados especialmente en tareas de policía aérea por parte del Ejército, como es el caso de las misiones en los países bálticos bajo la coordinación de la OTAN en el 2005. Tras este accidente, son 13 los militares fallecidos en accidentes de este tipo de aparatos en 25 años.