El presidente del tribunal del 11-M, Javier Gómez Bermúdez, requirió hoy al juzgado de Baltasar Garzón las dos notas informativas en papel sobre el confidente policial "Cartagena" que desaparecieron después de que este magistrado ordenara a la Policía destruir las copias en soporte informático. Gómez Bermúdez adoptó esta decisión después de que uno de los controladores de este confidente corroborará hoy que había dos notas informativas sobre "Cartagena" que los agentes no pudieron aportar en papel al juez instructor del sumario del 11-M, Juan del Olmo, después de que el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, del que es titular Garzón, ordenara a la Policía la "destrucción de todo lo que quedaba del soporte informático".

Según este testigo, agente de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) de la Policía, las doce notas informativas sobre "Cartagena" que se encontraban en soporte de papel fueron remitidas al juzgado de Garzón en el marco de la causa en la que se llevó a cabo la "operación Nova" sobre el terrorismo islamista, aunque el policía no supo precisar si le fueron enviadas todas ellas.

La orden de destruir las notas en soporte informático se produjo a mediados de 2005 y estuvo motivada por las filtraciones a la prensa sobre la existencia de este confidente y de su identidad y sobre lo que este juzgado abrió una investigación. Al no haber precisado el testigo la fecha exacta en la que desde el juzgado se dictó esta orden, se desconoce si la decisión fue adoptada por Garzón o por el juez Fernando Grande-Marlaska, que le sustituyó cuando el titular del juzgado se fue a Nueva York el 28 de febrero de 2005 con una licencia de estudios.

"El error pudo ser no cotejar lo que había en soporte informático y en los papeles" y de este modo de las doce notas informativas que existían de "Cartagena" se aportaron a Del Olmo de la 1 a la 5, de la 7 a la 9 y la 11 y la 12, añadió. "La causa por la que no se remitieron la 6 y la 10 (al juzgado de Del Olmo) es porque no se poseen las mismas en ningún tipo de soporte", insistió este testigo.

En cuanto a las informaciones que suministró "Cartagena", el testigo ratificó que les habló, entre septiembre y noviembre de 2002, de un grupo marroquí afincado en Madrid, radicado en el barrio de Villaverde, y del que luego temió que se hubiera percatado que él era "el chivato", por lo que se fue a vivir a Salobreña (Granada). El testigo negó que, tras el 11-M, "Cartagena" recriminara a sus controladores el "no haber actuado contra la célula de Madrid" y que él o cualquiera de sus compañeros dijera el día de la explosión del piso de Leganés, refiriéndose a este confidente: "como este moro hable la hemos cagado", tal y como el propio "Cartagena" afirmó cuando declaró el pasado 7 de marzo en el juicio.