En época de Napoleón, el Ejército era "un pueblo que obedecía siempre". Pero de las declaraciones que ayer hizo Federico Trillo en el Congreso se desprende que, mientras fue titular de Defensa, las Fuerzas Armadas se comportaron como un ente autónomo. El exministro compareció por sorpresa en la Comisión de Defensa que le iba a señalar como responsable político del accidente del Yak-42, en el que fallecieron 62 militares. No sólo no asumió ninguna responsabilidad sino que culpó al Estado Mayor de la Defensa y acusó a la cúpula militar de dejarle solo. A la salida, se lo echaron en cara los familiares de las víctimas, que le increparon "por no haber dado la cara" y exigieron que abandone su escaño.

"No voy a callar más. Mi silencio se ha interpretado como temor, pero he callado por respeto a las Fuerzas Armadas", aseguró visiblemente indignado. Trillo insistió en que el siniestro fue responsabilidad militar y que su silencio se debió al respeto que, según él, le merece la dignidad del Ejército. Sin embargo, añadió: "Doy la cara pese a que me dejaron solo".

"JUICIO INJUSTO" Su tono fue duro y su nerviosismo, evidente, y hasta se giró hacia los periodistas para acusarles de someterle a un "juicio injusto". Fue el momento de presentarse como mártir. Dijo que la comisión era "la Inquisición" y se comparó con Jesucristo y el santo Job para destacar su "inocencia y paciencia".

El exministro quiso dar la sensación de que él y el Gobierno de José María Aznar purgaron su responsabilidad al perder las elecciones del 14-M. Trillo contó también que presentó su dimisión el 28 de mayo del 2003, tras el funeral en Torrejón de Ardoz. Aznar no se la aceptó al no creerle responsable "del contrato, el traslado, ni de nada, porque no tenía competencia en el asunto".

Pese a los intentos de Trillo, la proposición, que se aprobó con los votos del PSOE, IU-ICV, ERC y PNV, afirma que la responsabilidad de los poderes públicos por "las graves negligencias detectadas en el seguimiento y control de la contratación y del vuelo del avión, así como por los importantes errores del proceso de identificación de cadáveres, no corresponde exclusivamente a instancias militares". Y añade que la responsabilidad "afecta directamente a las autoridades políticas que ejercían las máximas funciones en la Administración militar y de Defensa".

ACOSADO EN EL PASILLO En el receso anterior a la votación, el exministro se enfrentó a otro trago más amargo. Los familiares de las víctimas, invitados por el PSOE, le aguardaban en el pasillo. Se oyó de todo. Le llamaron "mentiroso" y blandieron frente a él carteles que pedían su dimisión. Desencajado, Trillo aseguró que ya había pedido disculpas y se metió apresuradamente en el ascensor. La portavoz de las familias, Curra Ripollés, dijo haber sentido "vergüenza por las mentiras" que había oído. Otros familiares calificaron de "repugnante" la intervención.

El presidente del Congreso, Manuel Marín, ordenó ayer investigar la situación vivida por Trillo. Marín consideró inadecuado el incidente con las familias. Advirtió a los grupos de la Cámara del "error" de utilizar invitados como medio de presión sobre el debate político y obtener "réditos mediáticos".