Tiempo al tiempo. Esta es la conclusión a la que llegó ayer el tripartito catalán para intentar buscar una salida a la crisis abierta después de que el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, insinuara en el Parlamento autonómico que CiU cobró comisiones ilegales de constructoras. De momento, la necesidad de rebajar la tensión ante la insistencia de Artur Mas de querellarse contra el president si éste no rectifica de nuevo ya ha tenido su primera repercusión en el Estatuto: los socios del tripartito acordaron retrasar el calendario y dejar para finales de abril o principios de mayo la cumbre de los máximos dirigentes de los partidos catalanes, prevista para Semana Santa.

Según un comunicado del Gobierno catalán, el encuentro no se producirá hasta que no haya finalizado la primera redacción del texto estatutario y se consensúe una propuesta sobre financiación. El conseller en cap , Josep Bargalló, apeló a la "responsabilidad" de los partidos para desvincular el enfrentamiento de los trabajos del Estatuto.

UNIFICAR CRITERIOS La decisión se adoptó durante el almuerzo que mantuvo Maragall con sus socios de ERC e ICV, Bargalló y el titular de Relaciones Institucionales, Joan Saura, respectivamente, además del consejero de Política Territorial y portavoz del Ejecutivo catalán, Joaquim Nadal. Según fuentes del tripartito, además de "unificar criterios", se acordó celebrar una reunión del Gobierno dedicado a resolver la situación del Carmel. El almuerzo se produjo antes de que Maragall iniciase un viaje a Uruguay, que se vio obligado a aplazar 24 horas para abordar la crisis con sus aliados del Gobierno y con la dirección del PSC.

En ambas reuniones quedó claro que Maragall no iba a pedir excusas por unas palabras que, a su entender, ya retiró en el hemiciclo cuando el líder de CiU, Artur Mas, respondió que así no se propiciaba el clima de diálogo necesario para consensuar la redacción del Estatuto. Y ante la constatación de que las posiciones seguían ayer muy enconadas, se optó por intentar que la polémica pierda fuelle a base de "no alimentar" el debate.

LA CALMA TRAS LA TORMENTA Con esta misión compareció el primer secretario del PSC, el ministro José Montilla. "Después de la tormenta viene la calma", auguró, tras insistir en la idea de que Maragall no formuló ninguna acusación cuando le dijo a Mas: "Ustedes tienen un problema, que se llama 3%".

Según Montilla, el comentario era "una insinuación que el sistema político y mediático convirtió en acusaciones". El ministro admitió que "nadie ha aportado ninguna prueba" y que Maragall se hizo eco de "cosas que estaban en el ambiente". Fuentes del PSC han señalado que Maragall reconoció ante la dirección de su partido que la polémica no era el debate que deseaba.