El exjefe militar de ETA Garikoitz Aspiazu Rubina, Txeroki, se ha negado a declarar en las cinco primeras causas que se instruyen en su contra en la Audiencia Nacional. Txeroki ha comparecido hoy durante poco más de una hora ante los jueces Ismael Moreno y Santiago Pedraz, según fuentes jurídicas.

El etarra ha utilizado la palabra ez(no en euskera) para negarse a contestar las preguntas que los jueces instructores y los fiscales le han hecho.

El objetivo de los letrados era esclarecer su participación en cinco atentados cometidos en su etapa como líder del comando K-Olaia de ETA, entre enero y febrero del 2002.

Se niega a firmar las actas

Además de negarse a participar en las declaraciones indagatorias, Aspiazu Rubina se ha negado a firmar las actas de las dos comparecencias y se ha limitado a designar a su abogada, con la que ha intercambiado una breve conversación antes de comparecer ante el juez Pedraz.

Según la orden de entrega aprobada por la Corte de Apelación francesa, la primera visita del exjefe militar de ETA a la Audiencia Nacional finalizará antes del próximo viernes, fecha límite para su retorno a territorio galo.

Interrogado sobre varias causas

Los titulares de los Juzgados Centrales de Instrucción 1 y 2 han comunicado al terrorista su procesamiento por las causas que investigan y han prorrogado su prisión incondicional por las mismas, tal y como solicitó el fiscal Ignacio Gordillo.

El juez Ismael Moreno ha interrogado a Txeroki por el envío de dos paquetes bomba al presidente del Grupo Correo, Enrique Ybarra, y a la delegada de Antena 3 en el País Vasco, María Luisa Guerrero, el 17 de enero del 2002. También se le ha interrogado por el intento de asesinato de la teniente de alcalde de Portugalete Esther Cabezudo (PSOE), el 28 de febrero del 2002.

Pedraz le ha preguntado por su participación en el atentado contra el diputado socialista Eduardo Madina, que perdió una pierna al explotar una bomba lapa adosada a los bajos de su vehículo el 19 de febrero del 2002. También le ha preguntado por la explosión de un coche bomba en Bilbao el 12 de enero del mismo año.

Aspecto serio y tranquilo

Txeroki ha llegado al tribunal a las 9.50 horas, en un furgón de la Guardia Civil escoltado por otro vehículo del instituto armado, que lo ha trasladado desde la prisión de Soto del Real (Madrid), donde ha pasado la noche tras ser entregado ayer por Francia.

A los dos juzgados ha comparecido con semblante serio y tranquilo, esposado, en compañía de tres agentes del Cuerpo Nacional de Policía y vistiendo unos pantalones azules y un polo de manga larga gris.

El etarra fue detenido en Cauterets (Francia) el 17 de noviembre del 2008 como resultado de una operación contra la cúpula de la banda terrorista. Se trata del primer etarra que Francia entrega a España antes de haber finalizado las investigaciones sobre sus actividades delictivas en territorio galo.

Atentado contra la T-4 y en Capbreton

La Fiscalía de la Audiencia Nacional reclama a Txeroki otras 16 causas, entre las que se encuentra la orden de atentar contra la T-4 del aeropuerto de Madrid-Barajas el 30 de diciembre del 2006, que provocó la muerte de dos ciudadanos ecuatorianos.

La Fiscalía también instó el pasado viernes al juez Pedraz a reclamar las pruebas que implicarían Txeroki en el atentado de Capbreton (Francia), que costó la vida el 1 de diciembre del 2007 a los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero.

21 órdenes de busca y captura

El etarra acumula en la Audiencia Nacional 21 órdenes de busca y captura y otros tantos autos de prisión y/o procesamiento por la actividad desarrollada en ETA entre el 2000 y el 2008: como colaborador del comando Ituren (2000), como integrante del comando K-Olaia (2001-2003), y como jefe militar de ETA (desde finales del 2003).

Txeroki tendrá que responder en España por el traslado de explosivos a Madrid en febrero del 2004, en lo que se denominó la Caravana de la Muerte. También tendrá que dar explicaciones sobre la entrega de un rifle al miembro del comando Adur Javier Pérez Aldunate para que atentara contra el Rey y el encargo de asesinar, entre otros, al juez Fernando Grande-Marlaska.