La Unión Europea (UE) defenderá en la cumbre mundial de Washington del 15 de noviembre que ninguna entidad financiera, fondo especulativo, segmento de mercado o territorio escape en el futuro a una regulación o supervisión adecuada, según acordaron ayer los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete. "El nuevo sistema financiero mundial deberá basarse en la transparencia y en la responsabilidad", consensuaron.

La UE impulsará que el Fondo Monetario Internacional (FMI) asuma el papel central en la prevención y gestión de crisis financieras, una revisión de las normas contables y una supervisión multinacional de los grandes grupos financieros. La UE quiere que las primeras reformas se apliquen a principios del 2009.

El presidente francés y presidente semestral de la UE, Nicolas Sarkozy, obtuvo, asimismo, el respaldo de los demás dirigentes para que la Comisión Europea y el Consejo de Ministros de Economía de la UE elaboren de cara a diciembre una estrategia común para hacer frente a la recesión, con "medidas concretas" para impulsar el crecimiento y la creación de empleo. El primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, reconoció que la zona euro seguirá "probablemente" en recesión en el 2009.

SEGUNDA CUMBRE Los acuerdos de la cumbre de Washington deben transformarse en reformas concretas en el plazo de 100 días, según los Veintisiete. La UE impulsará que tras ese plazo se convoque una nueva cumbre mundial que deberá verificar la adopción de las primeras reformas y adoptar un nuevo conjunto de medidas para mejorar la regulación y establecer el nuevo sistema financiero mundial.

"La UE no se conformará con principios vagos y que se intente continuar como si nada hubiera pasado", advirtió Sarkozy en referencia a la hostilidad de la Administración de George Bush a una reforma en profundidad del sistema financiero. Sarkozy destacó que "todo el mundo debe acostumbrarse a que una nueva UE política hable con una sola voz". Tras recordar la responsabilidad de EEUU en la crisis actual, Sarkozy aseguró que "la época en que una moneda y una dirección única marcaban la línea a seguir al resto del mundo ha terminado", en referencia al dólar y a Estados Unidos.

Por otra parte, Sarkozy admitió la dificultad práctica de imponer normas a los paraísos fiscales, pero señaló que es fácil imponer a los bancos la obligación de notificar a las autoridades cualquier transferencia que realicen con un paraíso fiscal.