La pacificación del Ulster es la referencia más invocada en el proceso abierto en Euskadi. Pero las características del conflicto de Irlanda del Norte distan de asemejarse a las del País Vasco. El ingrediente colonial, el choque religioso, la comunidad irlandesa de EEUU y la existencia de la República de Irlanda le dan rasgos particulares. Además, el final de la violencia en el Ulster alumbró una modesta autonomía; en Euskadi, una muy amplia es el punto de partida.

VINCULO COLONIAL. Irlanda pasó a control efectivo del rey de Inglaterra a partir de 1541, lo cual llevó aparejada la ocupación militar y la concesión de tierras a colonos ingleses y escoceses, de confesión protestante. Pero en el Ulster, la rendición no se produjo hasta 1603. Entonces, el norte de la isla fue sometido a lo que llamamos limpieza étnica en beneficio de agricultores protestantes de Gran Bretaña. Al restaurarse la monarquía en la persona de Carlos II (1660), el Ulster contaba con una población de mayoría protestante.

ENFRENTAMIENTO. El conflicto del Ulster es resultado de la descolonización incompleta de la isla. Desde la independencia de facto del Eire (1921), coexisten en el Ulster dos comunidades: la mayoritaria, unionista y protestante, partidaria de que la provincia se mantenga como parte del Reino Unido, y la minoritaria, católica, que quiere que se una a la República de Irlanda, de mayoría católica. Esto se traduce en dos formas antagónicas de nacionalismo.

EEUU Y LOS CATOLICOS. La comunidad irlandesa de Estados Unidos sostiene tradicionalmente las finanzas de las organizaciones católicas del Ulster y sus reivindicaciones políticas. Eso explica la implicación directa de Bill Clinton y del exsenador George J. Mitchell en las conversaciones que dieron como resultado el acuerdo de Viernes Santo (10 de abril de 1998).

UN UNICO NEGOCIADOR. Desde los primeros contactos para buscar una solución al conflicto, en 1993-1994, el primer ministro John Major (conservador) supo que Gerry Adams, líder del Sinn Féin, la rama política del IRA, negociaba en nombre de ambas organizaciones. La condición de hablar con un único interlocutor fue una de las primeras que puso Londres. Tras el atentado de Omagh (15 de agosto de 1998), el más sangriento del conflicto, fue el propio Adams, de acuerdo con el premier Tony Blair (laborista), quien se ocupó de desenmascarar a los disidentes y exigirles que renunciaran al terrorismo.

APOYO OPOSITOR. De la misma manera que los laboristas apoyaron los movimientos de Major, los conservadores lo hicieron cuando Blair negoció el acuerdo de Viernes Santo. Aunque las excarcelaciones de condenados por delitos de sangre no gustaron a la oposición, el apoyo se mantuvo.

EL PAPEL DEL EJERCITO. Cuando las reivindicaciones de los jóvenes católicos desbordaron al Gobierno de la provincia, en 1969, el secretario de Interior, James Callaghan, decidió enviar al Ejército para que se hiciese cargo de la seguridad. La insólita medida, que militarizó el conflicto, se completó en 1971 con la entrada en vigor de la ley de internamiento sin juicio previo. Desde entonces, y hasta los acuerdos del Viernes Santo, la Royal Ulster Constabulary (RUC), la policía de la provincia, supeditó sus funciones a la estrategia del Ejército.

POLICIA PROTESTANTE. La RUC fue considerada siempre la policía de los protestantes, aunque lo era de toda la provincia. La sustitución de ésta por el Police Service of Northern Ireland (2001) tuvo por objeto dar entrada a los católicos para lograr una policía intercomunitaria. En periodos de suspensión de la autonomía como el actual, la policía depende de la Administración directa de la provincia del Gobierno británico.

LA DEMOCRACIA. El agravamiento de la situación en el Ulster a partir de 1969 se produjo en el seno de un país con larga tradición democrática, que había completado el grueso de los procesos de independencia de sus colonias. El IRA Provisional surgió en 1970, depositario de la herencia del de 1914, y las situaciones de excepción se sucedieron durante casi 30 años.

TUTELA ´EXTRANJERA´. La República de Irlanda, sin atribuciones en el Ulster por tratarse de un país extranjero , participó en las negociaciones del acuerdo de Viernes Santo. El primer ministro irlandés, Bertie Ahern, mantiene una función tutelar sobre el cumplimiento de los mismos casi igual a la de Blair. Esta competencia extra limes fue una de las condiciones de Adams que más resistencias halló entre los protestantes moderados de David Trimble. Pero los católicos la mantuvieron como requisito irrenunciable para aceptar otros, como someter el desarme del IRA a una comisión internacional.

DOSIS DE AUTONOMIA. El Ulster nunca ha disfrutado de una autonomía en el sentido que se entiende en España, aunque entre 1921 y 1971 tuvo un autogobierno limitado. El Gobierno británico se ha reservado la potestad de suspender la autonomía y asumir el gobierno de la provincia. Esto sucede desde el 14 de octubre del 2002, cuando el Partido Unionista del Ulster descubrió que tenía un topo del IRA. El Parlamento nunca se ha reunido.