El empeño del nuevo Gobierno vasco es hacer que Euskadi sea una "comunidad más de España", "diluir Euskadi", "debilitarla", "armonizarla". Esa fue la acusación central que Iñigo Urkullu dirigió al Ejecutivo que preside Patxi López durante el primer Alderdi Eguna (Día del partido) que los peneuvistas celebraron en la oposición y bajo el lema Todos a una, con la evidente pretensión de conjurar cualquier signo de división interna.

El presidente del PNV combinó las reivindicaciones históricas como partido de la "dignidad, la democracia y la no violencia" con apelaciones al "derecho a decidir y a ser consultados". Otro guiño a los más soberanistas fue situar en el mismo nivel el Estatuto de Gernika y la propuesta de nuevo Estatuto rechazada por el Congreso de los Diputados. La parte más aplaudida de su discurso fueron las referencias elogiosas a Juan José Ibarretxe.