Con una enseña rojigualda a sus espaldas, Iñigo Urkullu dijo ayer en Madrid que la presencia de la bandera española en el Parlamento vasco "resulta hiriente" para la mayoría de los vascos. Lo dijo tras apuntar que se trata de un emblema "impuesto" a los sentimientos de quienes en Euskadi no se sienten españoles y calificó de "absurdo" el empeño de obligar a las instituciones a exhibirlo.

El presidente del PNV subrayó, no obstante, que a pesar de sentirse "solo vasco", su partido no cuestiona el cumplimiento de la legalidad y por ello acata la sentencia del Supremo que ha obligado a colocar por primera vez la bandera de España en el exterior de la Cámara vasca. Urkullu encaró en Madrid otro tema delicado como la alusión al Rey para censurar que Juan Carlos haya entrado en la campaña vasca a favor de Patxi López.