El Parlamento valenciano aprobó ayer el proyecto de nuevo Estatuto, el primero de todas las comunidades autónomas en ser reformado. El lunes llegará al Congreso para su tramitación en las Cortes, que lo convertirán en ley orgánica, último eslabón antes de su entrada en vigor.

Todo transcurrió según el guión previsto. El PP y el Grupo Socialista rechazaron casi todas las 180 enmiendas de Esquerra Unida. Sólo prosperaron cinco enmiendas técnicas y la corrección de 300 faltas de ortografía de la versión en catalán. Las intervenciones del portavoz de Esquerra Unida, Joan Ribó, a favor de la denominación País Valenci y del reconocimiento explícito de la unidad de la lengua, toparon una y otra vez con el muro de populares y socialistas, que se turnaron en la tribuna para defender lo que consideran "un Estatuto de primera que pone a la Comunidad Valenciana a la altura de cualquier autonomía".

Por 81 votos a favor y cinco en contra, el Estatuto quedó aprobado en medio de la ovación de la mayoría de diputados. El líder socialista Joan Ignasi Pla se felicitó por "ser los pioneros en el nuevo tiempo político que se abrió el 14 de marzo del 2004", y situó el nuevo Estatuto a la altura de las comunidades de primer nivel, porque "asume la plena capacidad de disolución del Parlamento por parte del presidente y la posibilidad de convocar referendos".

El presidente, Francisco Camps, del PP, coincidió con el líder socialista en calificar de "histórica" la jornada y recordó que, aunque "llega al máximo margen competencial", la reforma valenciana "es leal con España" y "marca el camino para otras modificaciones". Camps presentó la aprobación como la culminación de su carrera política y de la historia del pueblo valenciano. "Hoy puedo decir que ha valido la pena tanto sacrificio, tantas horas fuera de casa", reflexionó, antes de recordar a su abuelo y a su padre, presentes, según dijo, en la gran manifestación por la autonomía de 1977. Ni altos cargos populares ni ministros se desplazaron a Valencia. Tampoco acudió el expresidente y actual portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, pero sí su predecesor, el socialista Joan Lerma.

El texto entrará el lunes en el registro del Congreso, pero hasta octubre no se iniciarán los trámites de aprobación. El llamado "doble consenso", término que explica que el pacto de los partidos en Valencia siempre estuvo avalado por sus direcciones estatales, garantiza la aprobación final. El único escollo puede plantearlo ERC si cumple la amenaza de su diputado Agustí Cerd de vincular el cambio del proyecto al apoyo de su partido a los presupuestos generales del 2006. Falta saber si es sólo una medida de presión o la formación piensa poner en dificultades al Gobierno de Zapatero.