El juez del Tribunal Supremo Luciano Varela se ha opuesto a la recusación que le ha planteado el magistrado Baltasar Garzón por haber reconducido los escritos de acusación de Falange y Manos Limpias en el proceso que tramita por la investigación de los crímenes de Franco. En su escrito, Varela explica a su colega que "nadie es buen juez en causa propia" y alega que pidió a las acusaciones que reescribieran sus escritos para proteger el derecho de defensa de su colega de la Audiencia .

El escrito de Varela está ya en manos del instructor de este expediente, Andrés Martínez Arrieta, quien tiene que convocar al pleno de la sala penal para decidir si acepta la petición de Garzón. En el caso de que la rechace, puede castigar al juez de la Audiencia Nacional con una multa y las costas del proceso.

Varela admite que en los procesos "importan mucho las apariencias, es decir, importa poco lo que los afectados piensan, pues pesa más lo que los terceros valoren". Y afirma que su decisión de asesorar a las acusaciones obedeció "única y específicamente, a ordenar el debate procesal para garantizar mejor el derecho de defensa del imputado".

CAPACITACION Admite que no le corresponde a él "establecer si condicionar el ejercicio de la acusación" de Falange "constituye un acto de ayuda" o si requerir "la exclusión de contenidos" del escrito de Manos Limpias "puede considerarse una cooperación a la integración de esa acusación". Y asegura que la doctrina constitucional le faculta para corregir los defectos de los textos de la acusación.

El magistrado del Tribunal Supremo insiste en que su decisión "no puede ser objetivamente vista como muestra de inclinación de ánimo alguno ni a favor ni en contra" de su colega de la Audiencia Nacional. Y aclara que ha optado por tramitar este incidente, a pesar de que ni admite ni comparte "la apreciación de la recusación invocada".