El PP, que se dice perseguido y espiado por las autoridades españolas, está promoviendo demasiados ataques "sin fundamento" contra Gobierno, policía, jueces y fiscales. Y todo ello sin dar explicaciones sobre los escándalos de corrupción que le atañen. Esa es la tesis que, machaconamente, defendió ayer la vicepresidenta primera del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, tras el Consejo de Ministros. La vicepresidenta --uno de los objetivos a batir que se han marcado los conservadores, junto al ministro del Interior y el fiscal general del Estado--, achaca esta actitud "inaceptable" del PP a la falta de liderazgo de la que, en su opinión, viene haciendo gala un Mariano Rajoy que no fue capaz de marcar distancias con los corruptos.

La respuesta de De la Vega estaba calculada para contrarrestar la estrategia de los populares: el martes, Rajoy apuntaba directamente al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, como máximo responsable del "ataque inquisitorial" al que, dicen, está sometida su organización. Así se elevaba al máximo nivel la guerra sin cuartel entre PP y PSOE. Ayer, el Gobierno se la devolvió señalando a Rajoy y a su supuesta cobardía para afrontar polémicas, como el origen de la reeditada "crispación".

HACER MEMORIA En un tono claramente desafiante, la también portavoz del Ejecutivo decidió que era el momento de rememorar los comienzos del caso Gürtel , ese que los conservadores aseveran que prácticamente inventó el Gobierno para perjudicar al PP pero que, sin embargo, tiene su origen en una denuncia que presentaron, ante la fiscalía anticorrupción, algunos militantes populares desencantados. Aquella denuncia de tinte cainita y los empresarios corruptos ligados al PP son, para De la Vega, el verdadero origen del calvario de un Rajoy que ahora se empeña "en extender sombras de sospecha sobre el Estado", en vez de hacer limpieza en su casa.

"Esto no estaría sucediendo si no existieran los señores Correa, los señores Bigotes y sus presuntas tramas de corrupción. No hubiera sucedido si el señor Rajoy hubiera actuado con liderazgo y valentía cortando de raíz la situación. Pero, en lugar de poner orden, el PP opta por la confrontación con el Gobierno", subrayó De la Vega. Eso sí, avisó a los populares de que el Estado de derecho es "tan fuerte" que puede aguantar sus embestidas. Incluso sus denuncias públicas sobre escuchas telefónicas ilegales. También para este asunto de los pinchazos telefónicos tuvo ayer réplica la vicepresidenta. "¿Dónde están las escuchas de Cospedal, Arenas y Rajoy? Están en el cajón de las falsedades", enfatizó, no sin cierta sorna. Hacer tal denuncia sin pruebas, advirtió la dirigente, resta credibilidad a quien la hace.

DISPUESTA A EXPLICARSE Tan segura quiso mostrarse De la Vega que, además de lanzar crítica tras crítica al PP, se mostró dispuesta a acudir al Congreso para dar cuenta de sus relaciones con la Fiscalía e intentar convencer a los populares de que es "falso" que fuera ella quien diera instrucciones para recurrir el archivo del caso Camps . "La Fiscalía no se deja utilizar ni hay instrucciones. Estoy dispuesta a dar explicaciones. Donde quieran y cuando quieran. No soy yo la que tiene problemas. Son ellos", concluyó la vicepresidenta.