La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega comenzó ayer una visita institucional a China con el objetivo de presentar el Año de España en este país. Esta idea, que nació en el II Foro España-China celebrado en Barcelona en noviembre del 2004, pretende "fortalecer las ya buenas relaciones entre ambos países", según destacó la vicepresidenta a su llegada a Shanghái.

De la Vega subrayó que Asia es una prioridad en política exterior como demuestra que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, visitara China en el 2005. "El punto álgido" del Año de España en China, señaló, tendrá lugar con la visita de los Reyes el próximo junio.

GRANDES INVERSORES Para preparar el viaje, explicó De la Vega en una charla informal con los periodistas durante el vuelo, el Ejecutivo se ha reunido con varios de los presidentes de empresas españolas con inversiones en el gigante asiático, como Indra, BBVA, Telefónica, etc. Los empresarios, explicó la vicepresidenta, le solicitaron un "impulso político" para que las autoridades chinas tengan en cuenta a las empresas extranjeras a la hora de llevar a cabo inversiones futuras. Por eso, durante el Año de España en China, además de exposiciones y eventos sobre la cultura española, se celebrarán actos de promoción comercial y encuentros empresariales.

De hecho, María Teresa Fernández de la Vega se reunirá en Pekín con representantes de firmas españolas que comercializan sus productos en China.

El viaje también tiene un cariz político y la vicepresidenta se reunirá con el primer ministro chino, Wen Jiabao, y el consejero de Estado, Tang Jiaxuan, entre otros, donde abordará el respeto a los derechos humanos, un asunto siempre presente en los encuentros entre el Gobierno y las autoridades chinas, según destacó. No obstante, el acto central de su visita será la presentación en la Ciudad Prohibida de Pekín, el 6 de abril, el año de España en China, que el Gobierno espera que sirva para estrechar lazos entre dos culturas milenarias de oriente y occidente.