La vicepresidenta primera del Gobierno en funciones, María Teresa Fernández de la Vega, expresó ayer su esperanza de que el Partido Popular acabe rectificando y ceda uno de sus puestos en la Mesa del Congreso para que pueda otorgarse a las minorías parlamentarias. Sería, dijo, una muestra de "talante y diálogo" ante el inicio de la legislatura. De la Vega hizo estas declaraciones después de que el portavoz parlamentario del PP antes del 9-M, Eduardo Zaplana, afirmara que su partido no cederá uno de sus cuatro lugares en la Mesa en favor de los nacionalistas.

"No cerramos ninguna puerta y hasta el último momento vamos a hacer todos los esfuerzos", aseguró la vicepresidenta en el sentido de lograr acuerdos para la composición de las Mesas de las Cámaras. El propio secretario de organización del PSOE, José Blanco, afirmó ayer, tras reunirse con Zaplana, que los socialistas aguardarán hasta el lunes para ver si los populares cambian de idea. Ese día es cuando está previsto que el PP nombre su nueva dirección parlamentaria.

SACRIFICIO ANTERIOR El Gobierno recuerda que el PSOE se sacrificó en el 2000, cuando de los nueve representantes de la Mesa del Congreso, el PP, que había obtenido la mayoría absoluta, se quedó con cinco, incluida la presidencia. El PSOE se quedó con dos, para dar paso a CiU, que obtuvo uno e IU otro más.