Apenas es un primer paso, pero ya supone un avance en la búsqueda de la unidad contra ETA en la que se ha empeñado el Gobierno. Alfredo Pérez Rubalcaba pretendía crear un foro multilateral para consensuar una estrategia antiterrorista. Chocó con la oposición del PP, que por ahora se empeña en tener una relación con el Gobierno que excluya al resto de las formaciones, especialmente a ERC. Convencidos de que el fin de la unidad vale la pena, todos cedieron en que el foro multilateral se quede en reuniones bilaterales quincenales, con la esperanza de que en un mes puedan sentarse todos juntos alrededor de una mesa.

UN TEXTO IMPOSIBLE La idea es alcanzar un nuevo pacto antiterrorista que logre concitar el apoyo de todos, con el convencimiento de que la unidad es la "única garantía de éxito contra ETA", en palabras de varios portavoces. Ayer quedó patente que la redacción de ese acuerdo es aún imposible, por lo que se persigue un primer compromiso que evolucionaría en un nuevo acuerdo escrito. El pacto antiterrorista que firmaron el PSOE y el Gobierno de José María Aznar en el 2000 no es ya válido, según todos los partidos menos el PP, aún aferrado a su literalidad como la mejor arma contra ETA.

Tras dos horas con Rubalcaba, el portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, destacó la "falta de claridad del Gobierno" en su exposición de la política antiterrorista que aplicará. En ningún momento confesó que se había negado a sentarse a discutirla en una mesa multilateral. Por su parte, Josep Antoni Duran Lleida, de CiU, reiteró que su federación mantiene su apoyo a la política antiterrorista del Ejecutivo. Josu Erkoreka (PNV) apoyó el "método de trabajo" propuesto por Rubalcaba para buscar "complicidades más intensas" que deriven en un acuerdo global y Gaspar Llamazares (IU) subrayó que el PP es el que ha puesto "más trabas" para la unidad contra ETA.