Las víctimas del terrorismo han pactado un documento que fija los "principios rectores" sobre el final de ETA y reclaman que se exija tanto a la banda como a su entorno político que condenen toda la historia de la organización terrorista si, como dicen, pretenden regresar a las instituciones. Esta exigencia debe extenderse a los presos para su reinserción, que además deben reconocer el daño causado y condenar públicamente las acciones terroristas. Eso sí, las víctimas advierten al Gobierno que la política penitenciaria no puede ser un "instrumento".

Dirigidas por la Fundación de Víctimas del Terrorismo, prácticamente todas las asociaciones y fundaciones han estado trabajando durante meses en este documento que fija sus condiciones mínimas sobre cómo debe ser el final del terrorismo y que presentaron ayer en la Asociación de la Prensa de Madrid después de cerrarlo en una última reunión celebrada el martes.

DERECHO A EXIGIR "No tenemos competencia para diseñar ni ejecutar las políticas del Gobierno, pero como cada ciudadano tenemos todo el derecho a exigir", explicó la presidenta de la Fundación, Maite Pagazaurtundua, rodeada de representantes de las asociaciones.

El texto destaca como "condición democrática básica" la reprobación de la historia de ETA, un aspecto que sostiene que debe exigirse tanto a la organización terrorista como a su entorno. "Tal condena debe ser exigida como uno de los mínimos sin cuyo cumplimiento no es posible ni reinserción particular alguna ni participación en el juego democrático", prosigue el documento antes de reconocer que "hay mucha gente temerosa de exigir esto a ETA".

El documento realiza también una breve referencia al panorama que se presenta ante las elecciones municipales del próximo año y reconoce que el entramado político de ETA "se asfixia fuera de las instituciones". Por ello, advierte de que sus intenciones para concurrir a los comicios "están trufadas de adornos semánticos que hacen imposible comprobar que no haya tongo o engaño, como ha sido habitual en todos estos años".

Todas las reivindicaciones de las víctimas se basan en que no debe existir impunidad "antes, durante o tras el fin de ETA" y establecen unos principios rectores del modelo del fin de la organización terrorista, que comienzan con una apuesta por la claridad y la franqueza y reclaman que se evite caer en el juego semántico de la banda y Batasuna, "siempre plagado de palabras torticeras, tacticismos malintencionados y dobles sentidos para engañar". En este punto, recuerda que las víctimas no se han vengado y se han sometido a la ley en todo momento.