El colectivo de víctimas del terrorismo se felicitó ayer por la llegada de Patxi López a la presidencia vasca, ya que ve en él una oportunidad para que Euskadi pueda "recuperar la libertad". No obstante, también mandó un aviso al responsable del Gobierno vasco: exige que no se vuelva a negociar con ETA nunca más.

Así, más de 300 miembros de dicho colectivo se dieron cita en Madrid, invitados por la Universidad San Pablo CEU, para inaugurar un monumento en homenaje a los que perdieron su vida a manos de la banda terrorista. Junto a las víctimas estuvieron el presidente del Senado, Javier Rojo; el del Consejo del Poder Judicial, Carlos Dívar; el director de la Oficina de Apoyo a las Víctimas en Interior, José Manuel Rodríguez; y el consejero de Presidencia de Madrid, Francisco Granados. Además, estuvieron políticos de distintos partidos. Incluso algunos que, pese a militar juntos en el PP, evitaron saludarse, como Mariano Rajoy y María San Gil.

CUESTION DE EXCUSAS Fuentes próximas a Rajoy quitaron importancia al hecho alegando que fue el protocolo del acto y la falta de tiempo la que impidió el encuentro --no se veían desde que ella abandonó el PP por diferencias de criterio--, y no la falta de interés. San Gil estuvo acompañada de Jaime Mayor Oreja y sí se la vio abrazarse de forma efusiva con Rosa Díez, de UPD.