El reconocimiento del "daño causado" por parte de la organización terrorista ETA, expresado hoy a través de un comunicado, "llega muy tarde", según ha expuesto la Asociación Extremeña de Víctimas del Terrorismo, para la que "el sufrimiento desmedido" generado por la banda "nunca debería haber ocurrido".

La violencia de la banda terrorista ETA dejó 54 víctimas mortales extremeñas y 18 personas heridas, naturales de esta región, entre ellas el presidente de la Asociación Extremeña de Víctimas del Terrorismo (Asexvite), José María Antón, quien resultó herido cuando trataba de desactivar un artefacto explosivo en 1989.

El guardia civil Juan José Moreno, natural de Villamesías (Cáceres), fue el primer extremeño asesinado por ETA. Ocurrió en octubre de 1975 en Oñate (Guipúzcoa). Domingo Durán, policía nacional natural de Villar del Rey (Badajoz), fue la última víctima mortal extremeña de esta barbarie. Quedó tetrapléjico en 1995 tras sufrir un atentado y falleció en 2003.

En esta franja temporal, ETA, que nunca atentó en Extremadura, segó la vida de 54 extremeños, la mayoría de ellos miembros de la Policía Nacional y la Guardia Civil que realizaban su labor en el País Vasco, Madrid, Barcelona y Zaragoza, principalmente.

En declaraciones a EFE, Antón ha manifestado que no cree que las víctimas y las familias "vayan a perdonar" por mucho que la banda haya trasladado "su respeto" hacia éstas, tal como afirma ETA en el comunicado.

De hecho, la imagen recurrente que utilizan los medios para acompañar este tipo de comunicados, donde aparecen dos o tres "encapuchados, nos sigue erizando la piel".

"Que hayan pedido perdón está bien, es algo bueno, pero llega muy tarde", ha remarcado este antiguo artificiero de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, quien considera que ETA "debería preguntarse por qué generó tanto sufrimiento".

A su juicio, este comunicado y la anunciada desaparición de la organización terrorista es el resultado del "triunfo del Estado de Derecho" y "ojalá sirva también para recuperar la convivencia en el País Vasco", donde "aún queda odio".

Cristina Herrera

En este mismo sentido, la delegada del Gobierno en Extremadura, Cristina Herrera, ha dicho que esto es "una consecuencia de la fortaleza del Estado de Derecho, que ha vencido a ETA con las armas de la democracia".

"Me parece bien que la banda pida perdón a las víctimas, pues éstas, su memoria y su dignidad han sido determinantes en la derrota de ETA", ha aseverado Herrera.

Antón ha apuntado que, con independencia del "perdón pedido" y de la disolución de la banda, "la Justicia debe seguir trabajando para que en los tribunales paguen todos aquellos que aún tienen delitos pendientes".

Delitos que se cobraron la vida de personas nacidas en Miajadas, como Pedro Garrido -unas de las víctimas civiles-, asesinado en San Sebastián; en Castilblanco, Holguera, Oliva de la Frontera, Badajoz, Torrehermosa, Monesterio, Olivenza, Cilleros y Santa Amalia, entre otras muchas.

"Me quiero acordar de estas víctimas extremeñas y de sus familiares; emigrantes extremeños que sufrieron tanto y pagaron con su vida la defensa de la democracia y la libertad", ha manifestado la delegada del Gobierno, quien considera que "hace mucho tiempo que ETA tendría que haber pedido perdón de forma sincera e incondicional por el daño causado".