Al Gobierno vasco no le ha gustado la sentencia del Tribunal Supremo en la que se exige que los ertzainas juren o prometan acatar la Constitución. La portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate, denunció ayer que la decisión "no va a llevar a ningún sitio", porque no se puede "imponer determinadas cuestiones a base de sentencias". "Los sentimientos y lo que a uno le sale de dentro no se puede imponer", afirmó Azkarate. Con todo, advirtió de que era una postura personal, hasta que se pronuncie oficialmente el Ejecutivo vasco.

Por su parte, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, declaró que la sentencia del Supremo es una de las resoluciones judiciales que "más" le gustan.