"Entre mis deseos más profundos está que nuestro país contara con más personas como Julio Iglesias". José María Aznar no oculta su debilidad por el autor de Hey , afincado desde hace años en Miami. Dice que sus canciones le transmiten "un sentimiento de armonía y tranquilidad", así como "emociones y sentimientos".

Pero el motivo de fondo de su admiración radica en que Iglesias es un triunfador. "Siempre he procurado ser un ganador. Nunca he aceptado un planteamiento que no estuviera basado en el triunfo. Por eso, entiendo y admiro a los triunfadores", dice.

Estas y otras meditaciones sobre el poder y la gloria figuran en Retratos y perfiles , el último libro de Aznar, donde el expresidente del Gobierno traza sin mayores pretensiones literarias y con mucha carga ideológica las semblanzas de 35 personalidades que han jalonado su vida personal y política.

El "vértigo" de España

Por la obra desfilan desde el abuelo del autor, Manuel Aznar Zubigaray, hasta Fidel Castro, pasando por Jordi Pujol, Muammar Gadafi o Silvio Berlusconi. Pero el protagonista central es el propio José María Aznar, que emerge como el timonel providencial que condujo a España a una suerte de renacimiento para "vértigo" de muchos españoles. Un buen título para el libro hubiese sido Canto de mí mismo .

Para el exmandatario, dos fechas claves explican el vuelco experimentado por España bajo su mandato. Una es el año 2000, cuando el PP conquista la mayoría absoluta: "Antes yo tenía que preguntar qué es lo que debía hacer, y luego era yo el que contestaba a esa misma pregunta de los demás".

El otro momento decisivo es la cumbre de las Azores, en marzo del 2003, donde decide, junto a George Bush y Tony Blair la guerra contra Irak. "La aportación política que realizó España en las Azores bastó para cambiar la posición de España en el mundo", dice, sobre una decisión que desató las mayores protestas contra un Gobierno en la historia reciente.

Relata el expresidente su camaradería con los mandatarios de EEUU y del Reino Unido. En su primera visita a Camp David, en mayo del 2002, Bush lo recibió en un salón decorado con fotos de sus amigos. "Le hice observar que yo no aparecía y me contestó que allí sólo estaban las fotos de los que habían pasado por Camp David. Al poco tiempo tuve la ocasión de ver a Tony Blair y me dijo de parte de Bush que ya estaba en la pared de Camp David ".

En el nombre de Ana

Pero de todos los hechos de su vida, el más importante "se resume en el nombre de Ana". Se refiere a su esposa, Ana Botella, cuya "combinación de inteligencia, genio y belleza" le cautivó desde que la conoció, en un viaje de fin de curso a Atenas.

Aznar se presenta como un visionario que llegó a la estratosfera del poder mundial, para envidia de sus rivales. Quien supo verlo con nitidez fue Julio Iglesias. "En todos los conciertos me buscaba con la mirada, me saludaba con la mano y me dedicaba una canción que se titula Vuela alto ", cuenta. Y explica el mensaje: "Julio Iglesias suele decir que mucha gente tira a matar a los que vuelan".

Pero a veces los hombres pájaro mueren por sí mismos. Como el mítico Icaro, que quiso llegar hasta el sol, pero el calor derritió la cera de las plumas con las que había fabricado sus alas y se desplomó. El también volaba alto. Como Aznar.